El acuerdo México-EU y la posible legalización de autos “chocolate” disminuirán el crecimiento de las exportaciones y “dificultarán” la llegada de nueva inversión a México en dicho sector, prevé la AMDA. La asociación pide al Presidente electo renovar decreto para importar vehículos usados
Ante el “entorno negativo” que enfrentará la industria automotriz en los próximos años, Guillermo Rosales Zárate, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), apeló a la responsabilidad del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para “mantener condiciones favorables para el desarrollo de la industria automotriz”.
En entrevista con ZETA, el líder empresarial previó que el endurecimiento de las reglas de origen en el acuerdo preliminar entre México y Estados Unidos, impactará en las exportaciones, las cuales crecerán a un ritmo menor, así como en la llegada de inversiones.
En los últimos quince años, las exportaciones han aumentado hasta alcanzar su nivel más alto en 2017, cuando se exportaron 3 millones 253 mil 385 vehículos ligeros. En tanto que de enero a agosto de 2018, se exportaron 2 millones 069 mil 526 unidades, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Al destacar que este sector productivo está sustentado en la exportación, Rosales Zárate apuntó que la tasa de crecimiento de las exportaciones dependerá del propio dinamismo del mercado de la Unión Americana, “que se prevé, entre en una fase de estancamiento en los próximos años, eso va a limitar las posibilidades de exportación” no sólo de la industria automotriz, sino de toda la manufactura que concurre en el mercado estadounidense, observó.
En el acuerdo preliminar entre México y Estados Unidos, anunciado el 27 de agosto de 2018, se establece un aumento en la regla de origen del 62.5 al 75 por ciento del valor de contenido regional para la producción automotriz.
“En este momento, poco más del 50% de los vehículos producidos en el país cumplen con esta nueva regla”, y contemplando a los que están cerca de satisfacerla, la cifra llegaría hasta 70%.
Por otra parte, la industria automotriz contará con tres años a partir de que inicie la vigencia del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para que un número menor de la producción esté imposibilitado de cumplir con las nuevas disposiciones.
No obstante, conforme a lo establecido, esa producción podría ingresar al mercado norteamericano pagando un arancel de 2.5%, de conformidad con lo comprometido por Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Con ello, dijo, se garantiza que la producción generada en México tenga acceso al mercado norteamericano en condiciones favorables.
En lo que va de 2018 se han fabricado 2 millones 617 mil 330 unidades; cifra superior a la reportada en el mismo periodo del año anterior (2 millones 614 mil 210 autos).
No obstante, el mayor riesgo para el sector radica en mantener lo logrado en los últimos seis años en materia de Inversión Extranjera Directa (IED), consideró Rosales Zárate. En ese sentido, resaltó que la industria automotriz ha sido la principal captadora de inversión en este sexenio, con poco más de 36 mil millones de dólares.
“Las líneas de producción que en este momento no están en el nivel de la nueva exigencia del valor de contenido regional, van a requerir hacer adaptaciones e incrementar sus niveles de compras en la región de Norteamérica”, lo cual implica “un mayor grado de dificultad para el establecimiento de nuevas plantas”.
De modo que previó condiciones difíciles para que el país siga siendo un polo de atracción de inversiones en el sector automotriz, y derivado de ello, habría dificultades para que la industria automotriz siga creciendo a las tasas vistas recientemente.
En la actualidad, la industria automotriz emplea, de forma directa, a 1.5 millones de personas, y si bien no se prevén pérdidas de empleos, habría “limitaciones para poder seguir generándolos en las diferentes regiones del país”.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, de las principales armadoras, 21 tienen presencia en 14 estados de la república: Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, México, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora, siendo el clúster del Bajío el que tiene mayor producción y exportación.
En dichas plantas se efectúan actividades que van desde ensamble y blindaje, hasta la fundición y el estampado para vehículos y motores.
“Actualmente, en México se producen más de 48 modelos de automóviles y camiones ligeros; de ellos, 16 se manufacturan exclusivamente en el país para su venta en el mercado estadounidense”, indica el estudio “La Industria Automotriz Mexicana: Situación Actual, Retos y Oportunidades”.
PIDEN A AMLO RATIFICAR DECRETO QUE REGULA IMPORTACIÓN DE AUTOS USADOS
Respecto a que México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos originarios usados, provenientes de Canadá o Estados Unidos a partir del 1 de enero de 2019, por ser una medida establecida en el TLCAN vigente, el titular de la AMDA manifestó esto sería posible únicamente para vehículos originarios.
Es decir, sería necesario acreditar el 62.5% mínimo de valor de contenido regional, mediante la presentación de un certificado de origen emitido por el fabricante, conforme a las reglas del acuerdo comercial vigente, y que “en términos prácticos, cumplirlo no es fácilmente factible”.
Por ello, la importación de esas unidades se hace considerando el decreto que regula la importación de vehículos usados (expedido en julio de 2011 y renovado cada año), el cual, contempla que, en caso de no poder presentar el certificado de origen, se podrán importar automóviles usados de entre ocho y nueve años de antigüedad, de un arancel del 10% para todo el territorio nacional.
O bien, con vehículos con placas fronterizas de cinco a nueve años de antigüedad con el pago del arancel del 1%, con la condición que hayan sido manufacturados en algún país de Norteamérica, sin necesidad de acreditar valor de contenido regional y sin presentar un certificado de origen.
“Se ha venido manejando de manera errónea en los medios de comunicación que en 2019 se podrán importar libremente los vehículos sin importar la antigüedad”, toda vez que el certificado de origen ha estado vigente desde 2009”, abundó Guillermo Rosales Zárate, y confió en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que iniciará el 1 de diciembre, “renueve el decreto que regula la importación de vehículos usados”, el cual vence el 31 de marzo de 2019.
REGULARIZACIÓN DE AUTOS “CHOCOLATE”
Recientemente, las legisladoras de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Sylvana Beltrones Sánchez y Teresita de Jesús Vargas, respectivamente, presentaron iniciativas ante el Congreso de la Unión para regularizar autos “chocolate” y facilitar la importación de autos usados de procedencia extranjera.
Sobre ello, Rosales Zárate se pronunció en contra, y adelantó que en próximos días, legisladores del Partido Acción Nacional presentarán otra iniciativa sobre el tema; sin embargo, “no existe un posicionamiento formal” del partido con mayoría en el Congreso, ni tampoco del Presidente electo, sobre el particular.
“No estamos dando por un hecho que haya una posición oficial en favor de legalizar los vehículos de contrabando, estamos apelando a la responsabilidad política que tienen como partido mayoritario en el Congreso y como futuro Gobierno Federal para estimular el empleo formal”, aclaró el director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.
Agregó que “hay conciencia plena de la importancia de la industria y no hemos tenido ningún pronunciamiento en pro de que se esté concretando una regularización de vehículos ilegales”.
Rosales Zárate comentó que los efectos de la aprobación de una Ley como ésta serían similares la legalización de vehículos usados y su “descontrolada” importación entre 2006 y 2009, la cual generó que en este último año esas unidades superaran al número de carros nuevos vendidos en el país.
En 2009, hubo una disminución del 30% en las ventas de vehículos nuevos, y para poder recuperar los niveles de comercialización que se tenían en 2005, la industria tardó “prácticamente diez años”.
Se estima que durante ese periodo la disminución al año fue de poco más de 200 mil unidades nuevas, lo que también impactó a la contribución fiscal.
De igual forma, se demostró que más de 5 mil vehículos que se importaron habían sido robados en Estados Unidos durante el primer semestre de 2014, de ahí las medidas implementadas por la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, que han “corregido” la situación.
Por otro lado, Rosales sostuvo que los automóviles en malas condiciones saturaron las vialidades y causaron un daño a las finanzas públicas por los subsidios a la gasolina, toda vez que en dicho periodo el consumo de ese combustible incrementó en 50%.
Expuso que la mayor parte de esas unidades se introdujeron con amparos, que prácticamente nulificaron el cobro de aranceles, lo que también ocasionó una merma al fisco.
Respecto a la iniciativa del gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, para hacer un censo de autos “chocolate”, tanto la AMDA como la AMIA manifestaron su “total rechazo a cualquier modalidad de regularización, matriculación, censo o esquema similar”, al considerar que esas medidas “serían un incentivo a la ilegalidad y preservación de la impunidad”.
Datos proporcionados por ambas organizaciones, refieren que en Baja California la caída en la compra de automóviles nuevos ascendió a 24.39% durante el primer semestre de 2018, lapso en el que también ha aumentado 25% la importación de vehículos de contrabando, ante la permisibilidad de las autoridades para la circulación de autos sin placas y sin registro, procedentes de Estados Unidos.
SI CANADÁ NO SE INTEGRA, AUMENTARÁ COSTO DE PRODUCCIÓN
En cuanto a la posibilidad de que Canadá no se sume al acuerdo preliminar entre México y Estados Unidos, el líder empresarial automotriz externó que en primera instancia se tendrían que renegociar los términos del contenido regional alcanzados en ese convenio.
En términos operativos, “sería muy complejo para la industria tener que administrar la convivencia de más de dos acuerdos para proceder al flujo de las autopartes y los vehículos, sobre todo para las autopartes en la integración final de un vehículo”, lo cual “sin duda incrementaría los costos de operación y de administración”, dependiendo del producto de la empresa.
De darse tal escenario no sería una buena noticia, sin embargo, “tampoco sería insalvable”, estimó.
Respecto a la Sección 232, que es una Ley extraordinaria que aplicaría el gobierno estadounidense por cuestiones de seguridad, y que conlleva la imposición de aranceles del 25% a los vehículos extranjeros, Rosales Zárate comentó que el libre comercio se encuentra establecido en el acuerdo preliminar.
No obstante, en el supuesto de que la administración de Donald Trump decida imponerla, México quedaría exento de esa aplicación hasta un tope de 90 mil millones de dólares en autopartes y de 2.4 millones de vehículos.
El excedente de ese límite tendría que pagar el arancel de Estados Unidos, lo que sería un freno; sin embargo, “en el mismo acuerdo se reconoce que México se reserva el derecho de litigarlo en la OMC, e imponer sanciones paralelas”.
Para concluir, en cuanto a la cadena de valor local, el empresario opinó que México tiene un promedio ponderado cercano al 35% del total, incluyendo la mano de obra, y un trecho de oportunidad “para seguir creciendo, aun cuando no hemos tenido el suficiente éxito en este tema, a pesar de los diferentes programas que se han establecido”.