En la vida estadounidense, usamos la palabra “héroe” tan a menudo sobre tantas personas, que la palabra significa poco. Los atletas son “héroes”; las personas que se unen al Ejército son “héroes”; las personas que hacen bondad humana ordinaria son “héroes”. Entonces, ¿quién es realmente un héroe hoy en día? John McCain, quien murió el 25 de agosto en Arizona. Él era un héroe estadounidense.
La mayoría de nosotros sabe por qué. Durante la guerra de Vietnam, McCain fue derribado en Hanoi, luego capturado y torturado durante más de cinco años. Esta tortura lo dejó discapacitado de por vida, convirtiéndose en un fuerte opositor de la tortura. Hijo de un almirante de la Marina de EE. UU., como prisionero de guerra, a McCain se le ofreció en Vietnam, la liberación anticipada con la esperanza de que su liberación desmoralizara a otros soldados estadounidenses, cuyos padres no eran almirantes. Al comprender el desagradable simbolismo de la oferta vietnamita, McCain se negó a aceptarla, en cambio, esperó a que se liberara a sus compañeros de prisión.
Más tarde, McCain ingresó al Senado, en 1987. El Partido Republicano era entonces un partido en el que se sentía cómodo. Los Republicanos en aquel entonces seguían estando orgullosos de su herencia como el partido de Abraham Lincoln, el partido que había liberado a los esclavos y ganado la Guerra Civil estadounidense contra la Confederación. Si bien, el Partido Republicano también era el partido de las clases altas, del mismo modo era un partido de valores morales. Fue una fracción de mercados y personas libres. El republicanismo de McCain era tradicional, conservador y se basaba en la idea de que la libertad nace de la Ley.
McCain cree que sobre todo, el liderazgo estadounidense debe ser un liderazgo moral. Como Republicano de esa época, también creía que el libre comercio nos hace a todos más ricos. Esto lo convirtió en un aliado natural del TLCAN. Como dijo el senador en 2007, “Soy un estudiante de historia. Cada vez que Estados Unidos se ha vuelto proteccionista…hemos pagado un precio muy alto…el libre comercio ha sido el motor de nuestra economía. El libre comercio debería ser el principio continuo que guía la economía de esta nación”.
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Mientras Estados Unidos llora al senador McCain esta semana, enterramos con él al Partido Republicano tradicional también. Ese Partido Republicano está muerto. El senador que habló por los inmigrantes pobres, pero trabajadores en su Estado de Arizona, que creía en una reforma migratoria integral y que veneraba nuestra gran tradición de justicia y el estado de derecho, ya no pertenece al Partido Republicano de hoy. El McCain que votó para mantener viva Obamacare, el McCain que cerró a un partidario racista que llamó al presidente Obama, musulmán en campaña electoral; el McCain que creía que la tortura nunca es aceptable en Estados Unidos, este hombre no tiene lugar en el Partido Republicano de hoy. Triste realidad.
Los estadounidenses escucharán muchas palabras esta semana sobre el senador McCain y su legado. En vez de escuchar a los que tuercen las palabras de McCain y tratan de secuestrar su heroísmo, escuchemos ya al propio John McCain. Justo antes de morir, él escribió las siguientes palabras que su familia lanzó como su mensaje final:
“Debilitamos nuestra grandeza cuando confundimos nuestro patriotismo con rivalidades tribales que han sembrado resentimiento, odio y violencia en todos los rincones del planeta. Lo debilitamos cuando nos escondemos detrás de las paredes, en lugar de derribarlas, cuando dudamos del poder de nuestros ideales, en lugar de confiar en ellos para ser la gran fuerza para el cambio que siempre han sido”.
Esto es lo que John McCain sabía. Es una pena que esta visión es lo que el Partido Republicano está enterrando con él en medio de todas las bellas palabras y gloriosas banderas que volarán durante la ceremonia.
Andrew S.E. Erickson es un orgulloso ex residente de Tijuana, ex diplomático de los Estados Unidos, con Maestría del Colegio Nacional de Guerra, y un fuerte creyente de la importancia de las buenas relaciones entre mexicanos y estadounidenses.