Rosario Robles Berlanga ha sido sin duda una funcionaria consentida en la administración federal priista que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto. Para empezar, la integró a su equipo desde el momento mismo de la transición tras ganar la elección en 2012, y en su gestión, le ha dado la responsabilidad de encabezar dos secretarías de Estado.
Sin embargo, la sospecha sobre ilícitos en la administración de Robles tanto en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) primero, como en la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) de México, ha estado presente y documentada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Han sido tres los casos documentados por la Auditoría e investigados y publicados por la prensa independiente de México. Primero la llamada “Estafa Maestra”, un entramado de empresas, universidad, empresas fantasma y secretarías de Estado que se habría establecido para desviar más de 7 mil millones de pesos; esquema en el cual participó la Secretaría de Desarrollo Social cuando Robles la titulaba y pocos meses antes de ser sucedida por José Antonio Meade Kuribreña, el depuesto candidato del PRI a la Presidencia de la República, quien no vio ni notó, menos aún investigó, el desvío en Sedesol que fue harto documentado por la ASF:
Hace unos días, el periódico Reforma de la Ciudad de México, dio cuenta de un nuevo desfalco realizado en tiempos de Rosario Robles, tanto en la Sedesol como en la Sedatu. El desvío de 700 millones de pesos que fueron supuestamente entregados a empresas con las cuales ambas secretarías firmaron convenios de prestación de servicios, dinero que incluso se entregó en efectivo y que para sacarlo de las instituciones, fueron necesarias transacciones nacionales e internacionales.
A partir de documentos de una auditoría de la ASF, periodistas investigaron el caso de los 700 millones de pesos desfalcados y encontraron que fueron entregados a empresas que no existen en las direcciones proporcionadas en documentos oficiales para la asignación de contratos, y en algunos casos localizaron a las empresas, a los dueños, pero estos dijeron no haber recibido tales cantidades de dinero; de hecho ni siquiera estaban informados de haber sido contratados por las secretarías en cuestión.
El último caso fue documentado por periodistas de Aristegui Noticias y se relaciona con la falsificación de documentos para justificar la entrega de más de 7 mil millones de pesos durante la administración de Robles en ambas secretarías. Específicamente se trata de “los entregables”, que en términos llanos, son documentos con los que las empresas dan cuenta del servicio prestado, testimonio de la conclusión del contrato, para justificar el pago. Los reporteros entrevistaron a personas ligadas a la administración pública que proporcionaron pruebas de la falsificación de documentos.
En los tres casos se habla de miles de millones de pesos desviados del erario en las dependencias que ha encabezado Rosario Robles. En ningún caso Enrique Peña Nieto ha decidido transparentar las transacciones, investigar a su subordinada y retirarla de su gabinete. Por el contrario, cuando la “Estafa Maestra” fue publicada por medios nacionales y en los estados, el Presidente le dio un espaldarazo público a la Robles, diciéndole que no se preocupara.
Tres días después de conocido el desfalco de 700 millones de pesos y la falsificación de documentos justificantes de servicios y obras, Peña abrazó en un acto público a Rosario Robles, justo en el acto de celebración y conmemoración de los Niños Héroes.
Rosario Robles se ha defendido quizá no de la manera más correcta. Ha dicho que no hay nada contra ella, que nadie la investiga, que tiene la misma casa y ahí están sus declaraciones patrimoniales para probarlo. Insta a las autoridades -parte del gobierno en el que ella labora- a que investiguen, no a ella, pero sí hasta “por debajo de las piedras”, para que se deslinden responsabilidades, y en caso de encontrar culpables, se les castigue.
Definitivamente Rosario Robles se está dejando ver como una persona cínica. Serán los años en la administración pública, haber gobernado la Ciudad de México, dirigido el Partido de la Revolución Democrática y cambiado al Revolucionario Institucional, pero su cinismo es impresionante. Dice que los periodistas mal informan, que la difaman, porque su nombre vende.
En ningún caso de las investigaciones periodísticas, sustentadas en los resultados de las revisiones de la ASF, se ha dicho o escrito que los desvíos de recursos en las administraciones de Robles en Sedesol y Sedatu hubiesen ido a parar a sus cuentas bancarias privadas, personales o en el extranjero; tampoco se le ha acusado de enriquecimiento ilícito, menos de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Lo que se ha dicho es que durante su mandato, se ha desviado dinero, se ha desfalcado al erario.
Otros políticos, y el caso más llamativo es el de Alejandro Gutiérrez en Chihuahua, son investigados por desviar recursos económicos públicos, para invertirlos en campañas políticas del PRI. El dinero que se ha desviado en Sedesol y en Sedatu -de acuerdo a la ASF- no se sabe adónde fue a parar, solo que salió de las dependencias con un esquema de triangulación de recursos, cuentas bancarias y fue a dar a empresas fantasma o inexistentes.
Pero a la fecha, a Rosario robles nadie la investiga. Ni la Procuraduría General de la República (PGR), ni la Función Pública, ni Hacienda, nadie. Los resultados de las revisiones de la Auditoría Superior de la Federación han servido para que los periodistas investiguen y publiquen, y sólo eso. La impunidad política instaurada en el sexenio de Peña Nieto ha alcanzado para Robles, para otros secretarios e incluso para el Presidente y su círculo cercano.
A pesar que Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, ha dicho que no investigará a Enrique Peña Nieto, la única esperanza de que los corruptos terminen en prisión, está en la cancha de AMLO. Ya en el Poder Legislativo, tanto Ricardo Monreal en el Senado, como Mario Delgado en la Cámara de Diputados, ambos representantes de las fracciones legislativas de Movimiento Regeneración Nacional han dicho que llamarán a comparecer a Robles.
De hecho Monreal pidió un informe detallado a la PGR sobre las investigaciones que se realizan a propósito de los desvíos y desfalcos, asegurado públicamente que “no habrá impunidad para Robles en el próximo sexenio”. Ojalá.
En México es necesario sentar el precedente de que los políticos corruptos terminan en la cárcel, de otra forma, la línea de la corrupción e impunidad seguirá. Y eso, no es bueno ni para el próximo Presidente de México, ni para los mexicanos que confiaron en él.