El 28 de junio pasado, el secretario de Educación y Bienestar Social, Miguel Ángel Mendoza González, afirmó que el gobierno del Estado estaba al corriente con el pago a profesores interinos; sin embargo, el lunes 17 de septiembre reconoció que la autoridad debe 158 millones de pesos a dos mil 400 docentes por el sueldo de mayo, junio y parte de julio, así como por prestaciones asociadas al salario.
Al señalar que se ha tenido acercamientos con la Secretaría de Planeación y Finanzas para erogar dicho monto, Mendoza González aseguró: “estamos en la prioridad” de esa dependencia, aun cuando aceptó que “no hay fecha para hacer el primer pago”.
“Cumpliríamos con el pago a diferencia de los años anteriores”, prometió y ofreció a los 700 maestros que están entrando en el Ciclo Escolar 2018-2019, poderles “pagar de manera regular”, cada 15 días.
En cuanto a la falta de docentes que llevó a que cientos de estudiantes no tuvieran clases, una vez iniciado el ciclo escolar, Mendoza González señaló que al 14 de septiembre por la noche, faltaban por asignar 48 profesores a escuelas de los municipios de Tijuana y Ensenada, sobre todo de secundaria. Faltante que terminó de asignarse el 18 de septiembre, según la dependencia.
La conclusión de la asignación de profesores fue mayor a la estimada por el propio Mendoza González, el 20 de agosto, cuando aseguró que a más tardar, en la segunda semana de septiembre quedaría resuelta la situación.
En ese sentido, el titular del Sistema Estatal Educativo justificó que el retraso que afectó a 662 grupos de diferentes escuelas en el Estado al 31 de agosto, se debió a la renuncia de 52 docentes idóneos a una plaza definitiva, quienes hicieron más lento el proceso de asignación.
Dicho proceso inició el 13 de agosto, casi un mes después de que el Sistema Profesional Docente notificara a la autoridad estatal, los resultados de la evaluación a profesores.
Mendoza González minimizó el hecho de que en las primeras semanas no hubiera clases por falta de maestros al comentar que “comúnmente, cuando se entra a clases, toda la primera semana es diagnóstico” para poder revisar cómo vienen los alumnos que pasaron año. “Lo que quiero dar a entender es que los maestros que nos hacían falta no ponían en peligro -el ciclo escolar-, o el faltante eran casos aislados”.