Con todo afecto dedico este espacio al Lic. José Luis Márquez Gómez, luchador social auténtico
No cabe duda de que el triunfo en las pasadas elecciones presidenciales, se debió en gran parte a la voluntad incansable del Lic. Andrés Manuel López Obrador, pero más cierto es que encontró en su recorrido por el país, fatiga, coraje, explotación, abuso de poder, negociaciones ilícitas, peculado y una variedad inenarrable de tropelías que trajeron como consecuencia, el voto masivo en contra de los partidos hegemónicos. Así pues, después de haber sobrevivido a cuartelazos, cacicazgos, elecciones fraudulentas, compra del voto y una serie de maniobras atentatorias contra la democracia, la ciudadanía dijo: “¡ya basta!”; y por fin está experimentando el libre voto que, dicho sea de paso, no es suficiente para acceder a la democracia
I. Se requiere que la ciudadanía participe en la toma de decisiones fundamentales.
II. Un combate a la impunidad y a la corrupción sin límite.
III. Castigos ejemplares a quienes, bajo el ala del poder, se han enriquecido desmesuradamente, mientras 56 millones de mexicanos se encuentran en la pobreza.
IV. Es indispensable que las promesas de campaña se conviertan en realidad, porque de lo contrario, vendrá la decepción y cesará el apoyo al próximo presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
V. Firmeza en la toma de decisiones y las políticas públicas deben ser fruto de decisiones perfectamente reflexionadas y no decisiones que cuestan millones de pesos y que son emitidas al calor que da el poder.
Al tomar el poder, lo primero que habrá que hacer es dar al ciudadano la convicción de que existe seguridad pública y retomar los espacios que hoy tiene en su poder la delincuencia organizada, ya que, de lo contrario, en las ciudades, pueblos y rancherías donde gobierna el narco, ante la ausencia de gobierno legítimo, nos encontraremos frente a un Estado fallido.
Ya corren las voces malintencionadas de que las pasadas elecciones fueron una urdimbre, una novela negra creada para engañar a un pueblo desesperado y mantener en el poder a los grandes capitales extranjeros que explotan inmisericorde a este país.
Los malintencionados esparcen la idea de que el pasado proceso electoral fue una tramoya para evitar un levantamiento armado y seguir manteniendo el statu quo, así como evitar la rebelión con que se acompaña a los gobiernos infieles con su pueblo.
Vivimos en una sociedad compleja y esto obliga, además del cumplimiento de promesas, gobernar con autenticidad y plena claridad, de lo contrario, este nuevo gobierno se perderá como los anteriores en las ambiciones de poder político.
En síntesis, tenemos que aprender a gobernar y a ser gobernados bajo las decisiones de un legislador que esté más preocupado por conservar el orden constitucional del país, que por mantener una posición burocrática en el nuevo gobierno.
P.D. Cuidado, ahora resulta que de un día para otro aumentó el número de militantes de los partidos de izquierda ¿Será por el interés de hacerse de un cargo público?
Arnoldo Castilla es abogado y catedrático de la UABC.