Sorprende, aunque a muchas personas espanta, la forma como están procediendo en el Congreso. En honor a la verdad ni una ni otra cosa deberíamos experimentar los mexicanos. Si se analiza los orígenes de senadores y diputados, los que proceden del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no fueron seleccionados por sus luces ni por su bien actuar.
De hecho, tuvieron que andar recogiendo de todos los ambientes personas que quisieran “rifársela y aportar plata”, nos decía un férreo seguidor del Presidente electo. Otro numeroso grupo está integrado por los llamados “líderes sociales”, especialistas en protestar por todo lo que huela a gobierno. Y claro, entre esta gente hay muchos que transitan por la tercer o cuarta edad.
Entre ellos están Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, que ojalá resistan las jornadas de trabajo porque la Cuarta República los espera con brazos abiertos. Ojalá que no les pase lo que a Carmen Salinas que como legisladora resultó una “perenne durmiente”. La semana pasada decíamos que no les había caído el veinte, que ya no andaban en campaña, sino que estaban convertidos en autoridad y como tal se deberían comportar y trabajar.
Siguieron en las mismas y ante el terremoto (para estar acorde con la conmemoración de septiembre) armado por el rock star con sus declaraciones de que nuestro país vive en bancarrota y que en los últimos 20 años no ha habido crecimiento económico, los primeros en apoyar ese dicho fueron sus legisladores. Y no lo hicieron a título personal sino abrogándose el derecho de hablar a nombre del Congreso.
Tendrán que acostumbrarse a manejar “el poder”. Y deberán también admitir que, con toda y la mayoría de los legisladores, el Presidente electo tendrá que asumir una realidad: que los mexicanos muchos ejercen su mayoría de edad y opinan, contradicen y critican. Incluyendo “la prensa fifí” como le llama el de origen humilde. Empresarios y experto en finanzas contradijeron a AMLO sobre la situación económica de la nación.
Y al más puro estilo del Trump, su respuesta fue prácticamente idéntica. Y eso que todavía no le entregan la banda tricolor. ¿Vendrán cosas peores? Ojalá que no.
Nota 1.- Es una verdadera tristeza que muchos perros, con sus collares e identificaciones anden toreando carros, porque sus dueños descuidados no se hacen cargo de ellos. Y luego andan llenando los postes con cartulinas de “se busca”.
Nota 2.- La ciudad está siendo contaminada por la enorme cantidad de carros que no cumplen con las reglas de afinación ni de revisión anual. ¿No hay penas? ¿Tienen el derecho de incumplir?
Nota 3.- Tal parece que las dependencias culturales tienen muchos “tiradores”. Dicen que César Hank se alejó sin despedirse de la representación en Tijuana del ICBC. Aunque es un decir, porque su presencia no era lo que se dice constante. Eso sí, cobró religiosamente. Pero que ahora mencionen su nombre para el CECUT es una falta de respeto para los tijuanenses.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
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