Han transcurrido seis sesiones de Cabildo y Leopoldo Guerrero Díaz, secretario general de Gobierno del Ayuntamiento de Tijuana, no sabe dirigir una asamblea. No da una cada que se celebra un cónclave municipal. Vaya, hasta para contar votos se revuelve. Desde que tomó posesión el 29 de diciembre de 2017 en sustitución de Raúl Felipe Luévano Ruiz, Guerrero Díaz se muestra inseguro, titubeante y sin liderazgo para gobernar a los regidores. El colmo se dio en la doble sesión celebrada el sábado 30 de junio, cuando los regidores discutían la concesión a 15 años de los estacionómetros. Pese a la asesoría de la directora de Asuntos de Cabildo, Corina López Paz, en la sesión no había orden. El problema inició cuando los ediles discutían su punto de vista y se empalmaban las declaraciones. La autoridad de Guerrero para llevar a cabo la asamblea fue nula, pero el lío siguió a la hora de las votaciones; el funcionario simplemente se hizo bolas y, como los votos fueron divididos y otros se abstuvieron, las cuentas no le salían. Entró al quite su asesora, quien tuvo que apoyarlo en el conteo. No es la primera vez que el ex delegado del Sistema Educativo Estatal se equivoca, en otras votaciones donde por lo regular tiene seguros los diez sufragios de sus regidores, con los otros siete se enreda. Por si fuera poco, pasados los bochornos de los conteos, se le ve inseguro para dar seguimiento al orden del día. Uff…