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viernes, febrero 16, 2024
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Marianela de la Hoz expone “Simulacrum” en el CECUT

“El propósito de ‘Simulacrum’ es dar una visión de lo que veo todos los días a mi alrededor, en mi país de origen, el que resido y en el mundo en general, a modo de comedia”, expresó a ZETA la artista

De origen mexicano, pero radicada desde 2001 en San Diego, California, la artista plástico Marianela de la Hoz expone la individual “Simulacrum” a inaugurarse hoy viernes 13 de julio a las 7:00 pm en la Sala Central de Exposiciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT).


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“Estoy muy emocionada con esta oportunidad de exponer en el CECUT, hace mucho tiempo que no expongo en México, la última ocasión en la que mostré mi trabajo en mi país fue en 2007, en el Centro de Cultura de España en la Ciudad de México. De alguna manera las propuestas para exhibir mis pinturas en Estados Unidos me mantuvieron alejada de los espacios culturales en México, mismos que en los principios de mi carrera frecuentaba”, refirió a ZETA Marianela de la Hoz.

“‘Simulacrum’ es un proyecto creado especialmente para presentarse en el CECUT, no ha sido expuesto antes”, aseguró la artista.

 


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UNA COMEDIA DE ARTE

En entrevista con este Semanario, De la Hoz explicó que su individual consta de 13 obras de pequeño formato (25.5 x 20.3 centímetros, temple de huevo sobre panel de madera), en las que explora diversos roles laborales y temas como el dinero o el poder.

“Dos de los temas más recurrentes en mi trabajo son el rol sociocultural e histórico de los seres humanos en la sociedad, y la dualidad. Para mí, cada ser humano tiene un lado brillante y un lado oscuro, siendo esta última característica uno de mis intereses principales para explorar. Según Carl Jung, cada ser humano consciente lleva una ‘sombra’ que consiste en todo lo que una persona no es completamente consciente. La ‘sombra’ se escribe como instintiva, irracional y como la sede de la creatividad”, evocó Marianela respecto a los orígenes de su propuesta estética.

Algunos roles laborales son tradicionales o antiguos,  como el médico, el abogado, la maestra, etcétera. No obstante, el rol del narco, “El comerciante fronterizo”, obra que se incluye en tu exposición, es muy de la época actual. ¿Podrías hablarnos de este nuevo “rol” del narcotraficante?

“Aunque pareciera que presento varios roles tradicionales de nuestra sociedad, en realidad cada uno de ellos habla de cómo han cambiado a través de los tiempos y se han acomodado a nuestro mundo contemporáneo. ‘El comerciante fronterizo’ nace como una inquietud, respuesta y reacción; primero porque el conflicto del mercado de la droga se ha vuelto uno de los problemas de salud y violencia más preocupantes, y me llama la atención que se tenga la visión de que la culpa absoluta de este escalamiento del uso de estas substancias y los males que con ello surgen, sea solamente de México, como si una vez que la droga tocara suelo de Estados Unidos, pasto muy verde y cortadito,  pisado por sus habitantes  buenos e inmaculados, se vieran amenazados por la figura maléfica, perversa y corruptora del  moreno vecino. ¿Dónde quedan los que pagan, los que la consumen, los que venden armas de regreso a los cárteles? Nadie sabe, nadie supo. Es un problema muy grave y muy complicado”.

¿Por qué tus obras de “Simulacrum” son de pequeño formato (25.5 x 20.3 centímetros) y la técnica del temple de huevo sobre panel de madera, es la adecuada para este tamaño de obras?

“Los formatos de mi pintura varían últimamente y en esta exposición en particular son mucho más grandes de lo que he pintado en mi carrera. Hace más de 26 años decidí hacerle caso a mi ojo, mano y corazón, dejando atrás los formatos de caballete para pintar cuadros pequeñísimos en los que mi intención era atraer al observador para que al acercarse a curiosear una pequeña pintura por parecerle inofensiva, tal como una araña, atrapaba su mirada, su atención y conciencia. Para ‘Simulacrum’ necesité más espacio para incluir más personajes.

“El tamaño no es lo que importa en la obra de arte, el impacto llega al convocar al observador a fijarse más seguido en los diminutos detalles que son el reflejo que construye poco a poco nuestra vida.

“La pintura al temple es una de las técnicas más antiguas, este método fue usado por los egipcios para decorar los ataúdes de momias, pero el uso de la tempera llegó a su apogeo durante la Edad Media.

“Un colega que conocía bien mi obsesión por los detalles y la fina pincelada me sugirió que experimentara con la técnica de temple de huevo, un medio idóneo para lo que deseaba lograr. No encontré quien me enseñara la técnica, así que recurrí al auxilio de un libro, ‘Il libro dell’ arte’, de Cennino Cennini, pintor italiano del Siglo XV. En ese extraordinario texto descubrí las instrucciones detalladas paso a paso para pintar con temple de huevo, además, encontré información acerca de pigmentos, pinceles, preparación de las tablas como superficie para pintar y mucho más. Este autor se convirtió en mi mentor, y el temple de huevo en mi técnica favorita durante los últimos veinte años.

 

“Yo misma preparo mis pinturas y la idea de utilizar algo tan perfecto como lo es la yema de un huevo, me produce la emoción de estar usando una mezcla de material genético que agregará vida a mis pinturas. El temple de huevo no es una técnica que goce de gran popularidad en nuestros días. Exige tiempo de preparación y requiere precisión, paciencia y mucha dedicación, impedimento grande para resultados inmediatos.

“Cada vez que uso el temple de huevo es un desafío. El proceso es laborioso e impide prácticamente  borrar errores, hay que aplicar capa por capa de pintura, pues es un medio translúcido, es  como si uno estuviese tejiendo la trama de la pintura hasta alcanzar el resultado deseado, una superficie aterciopelada rica en color. En lo personal usar esta antigua técnica me permite conjugar las enseñanzas de los maestros del pasado con temas contemporáneos”.

¿Qué nos dices de esta interpretación del mundo contemporáneo que representas como una tragicomedia en las obras, con sus actores, estereotipos, arquetipos y simbolismos?

“Elegí diseñar el proyecto pensando en presentarlo como una comedia de arte, la cual es un tipo de teatro popular nacido a mediados del Siglo XVI en Italia, en la que se mezclan elementos del teatro literario con tradiciones carnavalescas (máscaras y vestuario), recursos mímicos y pequeñas habilidades acrobáticas.

“Con todos estos elementos los actores podían, escondidos tras sus máscaras, la comedia y la risa, criticar a la sociedad en la que vivían, a la monarquía, a la iglesia, a los que ostentaban el poder y el dinero”.

Por último, Marianela de la Hoz advirtió:

“El propósito de ‘Simulacrum’ es dar una visión de lo que veo todos los días a mi alrededor, en mi país de origen, el que resido y en el mundo en general, a modo de comedia”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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