Baja California es el Estado panista por excelencia. Desde las elecciones de 1989, cuando Ernesto Ruffo Appel se consagró como gobernador electo, en un país donde en general, todos los gobernadores pertenecían al PRI; esto había ocurrido por más de 50 años y ha continuado (con algunas excepciones) hasta los más recientes mandatarios estatales y alcaldes de las diferentes ciudades de Baja California. Luego de la contundente victoria de Morena en las pasadas elecciones, seguramente los panistas están conscientes de que no les será fácil las elecciones de 2019, donde se buscará gobernador y alcaldes en el Estado.
Una parte fundamental del histórico tercer lugar priista fue el hartazgo de los ciudadanos, luego de las afectaciones al país, derivadas de las absurdas reformas estructurales de Peña Nieto y los escándalos de algunos gobernadores como los Duarte, Yarrington, Sandoval, entre otros. Tomando en cuenta esta lógica y agregado a lo masivo que ha sido el movimiento morenista, es muy probable que el PAN salga finalmente del poder en las elecciones del próximo año y es que, por ejemplo, el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, no se ha cansado de confrontar a los ciudadanos y periodistas, y lo ha hecho desde que tomó el poder, lo cual le ha generado un repudio entre los ciudadanos tijuanenses, sumado al tema de la inseguridad, el derrumbe de Lomas del Rubí, etc. Por otra parte, “Kiko” Vega ha demostrado una gran incapacidad para dirigir al Estado, pero a esto hay que sumarle el hecho de que está siendo objeto de las autoridades federales, luego de acusaciones de malversación de fondos, corrupción, entre otras cosas.
Entonces, ¿qué le queda al PAN? Si a Jorge Ramos ya lo bajaron del camino a gobernador, pues sería un cartucho ya demasiado quemado para la sociedad. Las elecciones de 2019 serán un momento clave para Baja California y lo único que hay que hacer es seguir caminando en busca de la estabilidad social, pero en ese largo y angustiante camino hay que detenerse y voltear a ver cómo nuestro camino nos lo han llenado de sangre y desolación, nos han robado y humillado por mucho tiempo; y nos han cargado una pena que no merecemos. Dicen que las penas con pan son buenas, pero sin PAN se irán las penas.
Juan Carlos Frausto García
Correo: juancarlosfraustogarcia@hotmail.com
Tijuana, B.C.
