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viernes, febrero 16, 2024
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Las nuevas lecciones de la elección

Hace tres años escribí un artículo que intitulé: “La elección y sus lecciones”, en el cual analicé las elecciones federales de 2015. Las elecciones presidenciales de 2018 han sido totalmente diferentes. Han roto todos los paradigmas que le precedían. En aquella ocasión comenté:

Primero: Las de 2015, no fueron un referéndum del sexenio de Peña. En 2015, la elección no se tradujo en catástrofe electoral. Hoy, por lo contrario, la percepción nacional de una mala gestión del Presidente Peña, los actos de corrupción que se le atribuyen a él y a sus principales colaboradores, sí estuvo a referéndum su administración, pues su descrédito e ineficiencia, es la más importante causa del hartazgo social.


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Creo que la mayoría de los votantes, además de apoyar a Andrés Manuel, querían castigar al Presidente, a su partido el PRI y a sus aliados del PAN. La de 2018 fue un terremoto, como lo pronostiqué el 16 de junio pasado. Arrastró al PRI y a todas sus élites, quienes tuvieron que consolarse con algunas victorias insignificantes.

Segundo: En 2015, aún funcionó el voto duro del PRI, era entre el 30 o 32 de la votación nacional, el cual, a pesar de las pifias, errores, ineficiencia y corrupción, se mantuvieron leales al Presidente. Hoy fue todo lo contrario, cerca de la mitad del voto duro del PRI se pasó a Morena o apoyó con su voto a AMLO. El voto duro del PRI dejó de ser leal al Presidente y prefirió ser leal a México y su futuro.

Tercero: En 2015, todos los partidos fallaron en atraer nuevos votantes. Fueron sus clientelas electorales quienes los mantuvieron a flote. En 2018 fue lo contrario, el voto duro del PRI, PAN, PRD y los partidos chiquitos, dieron su voto útil a Morena.


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Cuarto: En 2015, la ciudadanía tenía un rechazo y cansancio hacia los partidos políticos, aun así, la votación del 47% fue alta, pero no hubo entusiasmo ni alegría. En 2018, por el contrario, los votantes adquirieron conciencia del valor de su voto y decidieron ejercerlo con gran entusiasmo y civilidad. La participación del 62% de los votantes es la participación más alta de la época de la democracia competida. Hubo fiesta y celebración popular por los resultados de la elección.

Quinta: La elección de 2015 marcó el inicio de la época de los candidatos independientes. En aquel momento escribí: “El Triunfo de Jaime Rodríguez ‘El Bronco’, como candidato independiente en Nuevo León, generó un entusiasmo inusitado de politólogos y analistas. A mi juicio, las candidaturas independientes triunfadoras no se repetirán en las próximas elecciones de gobernador de 2016, pero que obligará a un cambio importante en la forma de elegir sus candidatos de todos los partidos y también de las políticas públicas de los gobernantes”. No me equivoqué. Si algo fracasó en 2018 fueron las candidaturas independientes.

Sexto: La organización de 2015 tuvo grandes problemas. 6.7 millones de mexicanos no actualizaron su credencial y por lo tanto, no votaron. Hoy, las fallas fueron menos, pero las hubo. En cada elección hay problemas con el número de boletas y casillas especiales. Hoy, ante la enorme afluencia de ciudadanos, quienes estoicamente aguantaron por más de cinco horas las inclemencias del tiempo y las largas esperas, para que les salieran con que ya se habían acabado las boletas.

Consejeros, pónganse las pilas y que esto no vuelva a suceder. La capacitación de funcionarios de casilla volvió a ser un problema en muchos lugares. La Ley dice que ésta se instalará a las 8, pero no prohíbe que empiecen a preparar la elección desde antes. Al no abrirla a las 8, violan la Ley. En el mismo tenor, la falta de sentido común, de funcionarios y representantes de partidos, que no querían abrir la votación hasta que no hubieran firmado todas las boletas, cuando se pueden ir firmando conforme se entregan al elector.

Séptimo: En 2015, después de la elección, todos los partidos nacionales conservaron su registro. En 2018 es probable que lo pierdan el PANAL, el PT y el PES. A estos últimos no les sirvió de nada apoyar a AMLO, pues la consigna de “El Peje”, de voto en serie, funcionó, pero nada más para Morena.

En conclusión: La elección de 2018 será irrepetible, difícilmente en corto tiempo habrá un líder carismático y representativo de la sociedad mexicana, como AMLO. Creo que ningún  candidato podrá tener el apoyo que alcanzó “El Peje”. Difícilmente, un partido podrá alcanzar la votación que tuvo Morena.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo:amador_rodriguezlozano@yahoo.com

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Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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