Hace más de un siglo que el socialismo internacional derrocó imperios reinados y a la Iglesia Católica, que era el poder que controlaba a casi todos los poderes. Por esa razón deseaban acabarla mediante la revolución socialista y casi lo logran, pero la Iglesia encontró a Napoleón Bonaparte y les ayudó esta vez como aliado, luego contra los perseguidores, según la historia.
En México, gran parte de los católicos tomaron las armas para defender su Iglesia, el gobierno al ver que los cristeros les causaban muchas bajas, les prometió que si dejaban la pelea, les perdonaría la insurrección para que se fueran a casa sin culpa. Pero no fue así, en cuanto entregaron las armas, los acribillaron a balazos, de acuerdo al registro histórico, murieron más personas que las sufridas en la revolución cristera. Tratando de evitar otro derramamiento de sangre, un grupo de mexicanos católicos instituyeron una agrupación cívico-política para revolucionar las ideas con el fin de tomar el poder sin uso de la violencia, y la organización llamada Unión Nacional Sinarquista creó e instituyó al Partido Fuerza Popular y participó en una elección presidencial, pero las fuerzas del PRI no le permitieron continuar porque le quitaron el registro. Los mismos sinarquistas intentaron crear un segundo político, pero gran parte de los que se decían sinarquistas, eran apolíticos; pero los que continuamos, pudimos constituir el Partido Demócrata Mexicano y éste sí dio frutos porque fue el escalón que nos permitió llegar a ser parte de la fracción democrática del PDM, en el Congreso, esto por varios años hasta que nos negamos a avalar un fraude cibernético. Ésta fue la causa por la que perdimos el registro del PDM.
En los comisión de 2018, la izquierda ganó, con una mayoría natural, la presidencia de México, y una mayoría en el Congreso en unas elecciones pacíficas. Después de eso, ver que la izquierda ya no es oposición y que los partidos políticos dejaron los ideales, puede haber una posibilidad de que el PDM regrese a la palestra política.
Atentamente,
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B.C.