Con cinco victorias, una en disputa y solo una derrota de las nueve gubernaturas en juego durante los comicios del 2018, el Movimiento Regeneración Nacional se consolida como la primera fuerza política a nivel nacional. El PAN se consagró en un Estado y disputa dos más, mientras que el PRI se desdibuja, sumergido en el tercer lugar, en el mapa nacional
De los estados en los cuales, Morena conectó un hachazo contundente al régimen dominante, sobresalen los pertenecientes a la región del Istmo de Tehuantepec: Veracruz, Tabasco y Chiapas. Tres lugares en donde los poderes actuales pasaron a segunda o tercera fuerza política de un solo golpe.
En el caso de Veracruz, el representante de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Cuitláhuac García Jiménez, se perfila como el probable ganador de la contienda con un millón 465 mil votos (43% en total), con una diferencia de poco más de 170 mil votos de su contendiente Miguel Ángel Yunes Márquez, representante del actual gobierno panista, quien registra tan solo 38% de la intención de voto de los veracruzanos.
En Chiapas, el candidato de Morena, Rutilio Escandón Cadenas, desplazó de forma tajante al régimen del Partido Verde Ecologista -encabezado por el gobernador Manuel Velasco-, con un 40% del fallo chiapaneco. Esto sin que los candidatos, Fernando Castellanos Cal y Mayor (PVEM) y Roberto Albores Gleason (PRI), no pudieran frenar las aspiraciones del morenista.
En tanto, en el Estado de Tabasco -hogar del virtual Presidente de la República-, la reacción fue más contundente, pues Adán Augusto López Hernández tiene hasta el momento, el 61% de la elección ganada. Seguido por el PRD -con Gerardo Gaudiano Rovirosa, con 19% de la votación- y la abanderada del PRI, Georgina Trujillo Zentella, en tercer lugar.
La resistencia centro-occidental
Los dos estados que no perdieron su hegemonía ante los embates de AMLO y compañía, fueron el bastión panista de Guanajuato y el Estado de tradición priista, Jalisco.
En Guanajuato, Morena y su vorágine nacional no le hicieron nada al actual régimen blanquiazul, encabezado por el gobernador Miguel Márquez Márquez, pues el candidato Diego Sinhué Rodríguez sumó un millón 040 mil 949 votos efectivos, que representan cerca del 50% de las preferencias del electorado. Mientras que Francisco Ricardo Sheffield Padilla, del ala morenista, se quedó con el segundo lugar de la contienda, con tan solo 24.3%.
En tanto, Jalisco se pintó de Naranja, ya que el partido Movimiento Ciudadano -que en este Estado no fue en coalición con el PAN- superó a la influencia de Morena. Con 39% de la votación, Enrique Alfaro le arrebató el cargo a Carlos Lomelí Bolaños, quien se quedó en segundo lugar con 24%. Mientras tanto, el PRI, además de resultar desplazado del poder, cayó al tercer lugar de las fuerzas políticas de la región del occidente.
Adiós al PRD; pierden el centro
Para los casos específicos de la Ciudad de México y Morelos, la pérdida de las gubernaturas a manos de Morena representa un clavo más en el ataúd del Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezado por Miguel Ángel Mancera y Graco Ramírez, respectivamente.
En la CDMX, la representante de la corriente de izquierda, Claudia Sheinbaum, sumó 47% de la votación, con poco más de dos millones 269 mil votos de los capitalinos, seguida por la integrante del Frente, Alejandra Barrales, con un millón 492 mil fallos.
En Morelos, el exfutbolista y súbito presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, terminó con cualquier especulación y aseguró su puesto en la máxima silla estatal, con 52% de los votos a su favor. En tanto, el candidato Víctor Manuel Caballero Solano, del PAN, apenas alcanzó al 13% de la votación.
Aún en la cuerda floja
Sin embargo, no todos los resultados para la elección de gobernadores estuvieron libres de controversias o amenazas de impugnación. Dos son los estados de la República que mantienen un debate general por lo cercano de los resultados entre sus candidatos.
Desde las primeras horas del lunes 2 de julio, las autoridades electorales del Estado costero anunciaron anomalías en el sistema de conteo rápido de votos. La caída parcial del PREP en Yucatán generó molestias, ya que -a diferencia de las tendencias a nivel nacional- lo cerrado de los resultados que arrojaron los cómputos esa misma noche, dejaron lugar a muchas dudas. Como puntero, el candidato del PAN, Mauricio Vila Dosal, registró 39% de los votos, seguido con tres puntos porcentuales menos, por el candidato del PRI, Mauricio Sahuí Rivero. En tercer sitio, el candidato de Morena, Joaquín Jesús Díaz Mena, con 149 mil 463 votos que representan poco más del 20%.
Por último, el Estado que registró más incidentes, luego del ejercicio democrático, fue Puebla, pues la abanderada panista, Martha Erika Alonso Hidalgo, ostenta poco más del 37% de los votos estatales, que la ponen a cuatro puntos de diferencia del candidato de la coalición tripartita -Morena, PT, PES-, Luis Miguel Barbosa Huerta.
Tras una serie de irregularidades y acusaciones de fraude -muchas de estas últimas, en virtud de que la candidata es esposa del exgobernador de la región, Rafael Moreno Valle-, Barbosa aseguró que será respetuoso de la elección, que exigirá el recuento de cada voto, para después asegurar de forma tajante que él es el verdadero ganador de la contienda. A este contexto, se sumó el encuentro que tuvieron simpatizantes de ambas alas políticas en el MM Grand Hotel en Puebla, cuando los obradoristas entraron por la fuerza al inmueble, en donde se encontraban concentrados los integrantes de “Por Puebla al Frente”. Rápidamente de los forcejeos pasaron a los golpes, pues los primeros señalaron que sus contrarios mantenían un laboratorio electoral para orquestar actos de “mapachería”.