El avión presidencial “José María Morelos y Pavón” TP01 presentó una falla “en una tarjeta de la computadora” este lunes, antes de viajar a la XIII Cumbre de la Alianza del Pacífico, que se realiza en Puerto Vallarta, Jalisco, por lo que el Estado Mayor Presidencial (EMP) decidió transportar al presidente Enrique Peña Nieto y a su comitiva en el avión presidencial “Presidente Juárez” TP02, mismo que tiene más de 26 años de servicio.
Según el diario El Universal, que citó a personal del EMP, el moderno Boeing Dreamliner 787787-8 presentó una falla “en una tarjeta de la computadora” por lo que se tenía que revisar y reiniciar toda su operación. Los responsables de logística detallaron que el proceso tardaría mucho tiempo y se retrasaría la salida del Jefe del Poder Ejecutivo Federal, por lo que se decidió que viajara a bordo del TP02.
“Desde que llegó a México, el 2 de febrero de 2016, esta es la primera vez que el avión ‘José María Morelos y Pavón’ presenta una falla’, indicó el rotativo sobre la aeronave que se adquirió en 2012 por 218.7 millones de dólares, equivalentes a 2 mil 952.4 millones de pesos, con un tipo de cambio de 13.50 pesos por dólar.
El avión que quiere vender el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tiene nueve años de antigüedad, porque salió de fábrica en 2009 y considerando que una aeronave se deprecia entre 5 y 8 por ciento cada año, por lo ahora puede tener un valor de 120.2 millones de dólares, de acuerdo con un vendedor de aviones privados, citado por el mismo medio.
“Si es negocio o no es negocios eso no, imagínese si vamos a estar pagando por mantener estos aviones, y si se venden, pues ya se ahorra todo el gasto de operaciones y mantenimiento […] Voy a hablar con presidentes si es necesario, con Primeros Ministros y jefes de Estado. Qué tal si les importa el avión presidencial y otras aeronaves. Además, lleva un plus, porque el que se quede con ese avión ya es parte de la historia”, señaló López Obrador.
El político tabasqueño aclaró en conferencia de prensa desde su casa de campaña, que aún no entran en los detalles de la venta del avión presidencial, pero que estará en contacto también con fábricas, como con la Boeing y otras empresas de aviones, para conocer a quién le interesa la aeronave.