Las secretarias de los médicos que se creen doctoras, siempre preguntan al llegar a consulta la razón de tu visita, y tienes que contestar delante de otros, lo cual a veces, es muy desagradable.
No hay nada peor que una recepcionista pida que le digas qué te pasa en una sala de espera llena de pacientes. Una vez entré a una consulta y me acerqué a la recepcionista, muy poco simpática, por cierto.
La recepcionista me dijo:
— Buenos días, señor, ¿por qué quiere ver al doctor?
“Tengo un problema con mi partecita”, contesté.
Como algunos se rieron, la recepcionista se irritó y me dijo:
— Usted no debería decir cosas como esas delante de la gente.
“¿Por qué no? Usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije”.
— Podría haber sido más discreto y decir, por ejemplo, que tenía irritado el oído, y discutir el problema con el doctor más tarde y en privado.
Yo le contesté a la sonrojada recepcionista:
“Y Usted, no debería hacer preguntas delante de extraños, si la respuesta puede molestar”.
Entonces, sonreí, salí y volví a entrar: ¡Buenos días, señorita!
La recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó:
— ¿Sí?
“Tengo problemas con mi oído”.
Asintió y se sonrió, viendo que había seguido su consejo y me volvió a preguntar:
— Y ¿qué le sucede a su oído, señor?
“Me arde cuando voy al baño”.
Autor: Enfermera muerta de la risa.
Vivo
Llega Pánfilo a su jacal en un auto del año, en eso sale Lupe, su mujer, quien le dice:
“¿Di dondi sacates ese carro, Pánfilo?”.
Emocionado, el indito contesta:
“’Pos es mío, Lupe”.
Ella replica:
“No juera siendo, Pánfilo. Ya dime…no me digas que ti lo robates”.
Pánfilo la mira y le dice:
“¡No juera siendo, Lupe! Pa’ que veas, te voy a dicir la verdá. Resulta que istaba limpiando donde están los animalitos, y de repente que llega la patroncita y me dici: ‘Pánfilo, súbiti al carro’. Y que mi subo. Di repenti la patrona se mete a los cañaverales y es ahí dondi si impieza a quitar el vistido, luego el sostén, ya luego las enaguas…y cuando ya estaba toda disnuda que mi dici: ‘Ora sí, Pánfilo, ¡agarra lo que tú quieras!’. Y como yo no soy tarugo, ¡qui agarro el carro!”.
Autor: Anónimo de agencia de autos en zona rural.
Teoría de Newton
— En cuestiones del amor, el tamaño no importa, sino cómo se practique.
“Pero Newton, ¡no podemos poner eso!
— Entonces podremos: En física no importa la longitud del vector, sino la fuerza que se le aplique.
Autor: Un tal “Zague”.
Pregunta necia
Muy enojada, la mamá de Pepito le reclama:
— ¡Pepito! ¿Por qué le pegaste a tu hermana con la silla?
“¡Porque el sofá era muy pesado!”.
Autor: Pepito, el mueblero.
Cabezón
— ¡Mamá, mamá! En la escuela me llaman cabezón.
“¿Y tú qué haces, hijo?”.
— Los persigo, pero no puedo atraparlos porque se meten por calles estrechas.
Autor: Niño melenudo.
Polo Norte
Jaimito llega del colegio y su mamá le pregunta cómo le fue, él responde:
“Como en el Polo Norte, mamá… ¡todo bajo cero!”
Autor: Pepito.
Los Miserables
Una familia llega al cine.
— ¿Me puede dar tres boletos, por favor?
“Claro, tres boletos para ‘Los Miserables’”.
— ¡Oiga, somos asalariados, pero por favor, respétenos!
Autor: Anónimo de la Secretaría del Trabajo.
Plan para el Monstruo de Loch Ness
Aunque están casi seguros que el famoso monstruo de Loch Ness, en Escocia, no es más que un mito, por si acaso, un grupo ha diseñado ¡EN ZERIO! un plan para conservarlo en caso de que algún día lo encuentren.
Según la BBC, en 2001 la Scottish Natural Heritage, una agrupación fundada por el gobierno escocés, creó una serie de pautas para ver qué hacer si el ser que supuestamente habita en el Lago Ness, es hallado.
Todo comenzó luego que científicos estudiaron con ADN las especies que se encuentran en dicho lago, y en ese contexto, la Primera Ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, declaró al programa “Good Morning Britain” que ella cree que Nessie es real.
La idea ahora, claro, es tomar una muestra de ADN al gigantesco monstruo… si es que lo encuentran.
