Se me fue tu vida entre mis manos;
con impotencia y coraje decidido,
no pudimos detener lo inevitable,
no pudimos hacer lo convenido.
Hurgaste lo mejor de lo posible,
para tratar de evitar lo inevitable.
¡Qué difícil detener lo inconcebible!
¡Qué difícil atar lo desatable!
Hasta siempre, hermano.
Shurave temai
Eduardo Enrique Parra Romero
Correo: jomian1958@hotmail.com
Tijuana, B.C.