Con una exitosa temporada en Ciudad de México y presentaciones por varias ciudades de la República Mexicana, la obra que aborda la muerte y las relaciones familiares, aderezada con música y pasajes de los 80s, se presentará en el Teatro del CECUT el viernes 29 de junio. Andrés Zuno, Ludwika Paleta, Montserrat Marañón, Pablo Perroni y Hamlet Ramírez, serán los encargados de contar la historia en el escenario
Basada en una historia autobiográfica que narra el episodio de la muerte de su padre cuando el actor y escritor de la obra, Andrés Zuno, contaba con 5 años de edad y teniendo como punto de partida los años ochenta, la puesta en escena “Los Hijos También Lloran” se presentará el viernes 29 de junio en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana (CECUT).
“Es una historia de reconciliación con la vida, con nuestra infancia, con las cosas que marcaron nuestro destino y lo que nos forjó como seres humanos. Es abrir el baúl de los recuerdos y desenterrar todas estas cosas tanto dolorosas como alegres que nos construyen, muchas cosas que quedaron pendientes y que luego nos cobran la factura. Es una historia distinta, una historia teatralmente hablando que desafía mucho la narrativa convencional del teatro, es una historia que se cuenta de manera muy ecléctica y por eso la gente se sorprende: porque no se parece a ninguna otra, y creo que pocas veces habíamos visto que el autor se para en el escenario a contar su propia historia”, expresó a ZETA Andrés Zuno, quien aparte de ser el autor, actúa en la puesta en escena.
“Es un documental y también una obra que juega con el melodrama, justo por estar ubicada en los 80s, que es la época de oro de las telenovelas mexicanas y juega con el género, con el melodrama, con la comedia, con la tragedia y se cuenta que es una historia basada en hechos reales. Todo eso sorprende al espectador, que no se espera los giros que da y de qué manera se cuenta, es de verdad muy interesante”, aseguró a este Semanario quien comparte escenario con Ludwika Paleta, Montserrat Marañón, Pablo Perroni y Hamlet Ramírez.
“El proceso de selección del elenco fue muy particular, Ludwika siempre fue la primera opción que tuve para interpretar el personaje de la mamá, lo escribí pensando en ella y fue la primera y única opción que tuve; los demás actores fueron acomodando las piezas y yo siempre digo que la obra los escogió a ellos, porque hubo muchos cambios, muchas propuestas y al final ellos fueron los que quedaron y no podrían haber sido más acertados”, destacó Zuno sobre sus compañeros.
Ciertamente en esta puesta en escena, no pude faltar la parte que arropa la historia, que es la escenografía, con proyecciones ochenteras, música de aquella época y por supuesto algunas parodias que resultan atractivas para el espectador, sin dejar fuera el homenaje que hacen a las telenovelas de mexicanas.
“Sucede en los 80s porque tiene un marco obviamente que para los que nacimos en esa época nos conecta con la nostalgia y con nuestra infancia, con las cosas que vimos y vivimos, una época que además nos marcó demasiado porque vivíamos en un mundo muy distinto al que vivimos ahora. Yo no nací en los 80s y sé quién es Pedro Infante, María Félix y sé cómo se vivían, y entiendo la historia de mis abuelos y me conmueve si me platican cómo la vivieron, aunque yo no haya vivido en ese tiempo, porque estamos hablando de seres humanos, de relaciones familiares y de la muerte, y eso es atemporal. Habrá muchas cosas que te invitan a la reflexión y hace 32 años avanzamos, nos estancamos y en muchas situaciones hemos tenido retrocesos importantes. Creo que eso es lo único que podría reflejar que estemos contando la historia en los 80s”, dijo el actor, quien lleva el personaje principal de “Los Hijos También Lloran”.
Sobre la música, que también es pieza importante en la obra, comentó: “La música es un personaje más, porque creo que todos tenemos un soundtrack personal de vida que nos acompaña, y hay canciones, sonidos, géneros musicales que obviamente nos disparan recuerdos; la música es absolutamente sensorial, nosotros escuchamos una canción o una melodía, e inmediatamente nos coloca en un espacio, y lo que pasa con la década de los 80s, es que todos los que nacimos en este país de alguna manera compartimos ese soundtrack porque no había tantas opciones como ahora, no había lanzamientos al día, ni plataformas digitales; en aquellos tiempos salía un disco y era el que todos comprábamos, veíamos ‘Siempre en Domingo’, las mismas telenovelas y teníamos los mismos juguetes, por eso los que nacimos en esa generación tenemos tantas cosas en común, porque no importaba dónde hayamos crecido: compartimos esos mismos referentes”.
De ahí que el público de cualquier edad puede identificarse con los personajes de “Los Hijos También Lloran” en algún momento de la historia, al recordar que pasó por una situación parecida.
“Es una historia que al ser autobiográfica, se convierte en autobiográfica de todos. Los personajes en la obra no tienen nombre, es la mamá, el papá, el hijo, porque no estamos contando una historia exclusiva, estamos hablado de los roles, de los papeles, de los personajes que existen en la vida de todos. Es una obra en la que el espectador se encuentra en algún punto de la historia reflejado. Encuentra a su papá, a su mamá, se encuentra a sí mismo y, si no, sí es una invitación al espectador a abrir su propio baúl de los recuerdos, a decir ‘Dónde estaba yo cuando tenía esta edad’, ‘Cómo recuerdo a mis padres’, ‘Cómo llegué hasta acá’. Invita a la reflexión y a la catarsis que vive y atraviesa el personaje, eso le pasa al espectador”, reflexionó Andrés Zuno, cuyo objetivo es conectar a un nivel muy personal con el público, pues asegura, el elemento principal de la historia es la honestidad.
“Es una obra que se aleja de cualquier pretensión, lo único que desea es tocar las fibras del espectador y llegar a esos recovecos del alma”, finalizó.
“Los Hijos También Lloran” cerrará gira en Tijuana con dos funciones, 7:00 y 9:00 pm. Boletos en taquilla del CECUT y en Servieventos, al 688-1080.