Política Breve y de Emergencia
A tan solo un par de semanas de la elección más importante y grande de la historia de México, sin importar las amplias expectativas electorales que en todos los casos advierten un ganador, sin la menor consideración de respeto a las reglas y leyes; los estrategas de los partidos tradicionales (PRI y PAN) se preparan para realizar lo que en muchas elecciones han perfeccionado: movilizar, manipular y comprar electores; su labor apenas comienza.
Los alquimistas, ingenieros electorales o expertos de movimiento territorial de cada partido, están ya en sus puestos, listos para “bajar” las instrucciones, compromisos y recursos necesarios para que los detectados de los listados, lleguen a las urnas. El criterio de rentabilidad seccional y el porcentaje diseñado quirúrgicamente para obtener el extra necesario en cada distrito, fueron distribuidos y se debe notar físicamente ya en donde se necesitan.
El cálculo es muy sencillo y parte del porcentaje de participación que se espera en las urnas en la elección. Tomando en cuenta los últimos resultados electorales en la zona y dividida la parte correspondiente para cada competidor (voto duro), calculan el crecimiento natural de los nuevos electores (adverso); y por sección y casilla, determinan una meta estricta y necesaria de movilizados comprometidos. Algo que no sobrepase a los seis puntos porcentuales de la participación final por casilla (más o menos 25 votos), de esa forma es indetectable.
Pero los alquimistas del voto no toman decisiones únicamente sobre la base de sus capacidades territoriales, también está la consideración necesaria de un eventual apoyo en los organismos electorales, por si alguna substitución de funcionarios de casilla, un re-conteo de urnas (o no) y hasta anulaciones de votos y casillas completas, fueran necesarias. Al cálculo de la conversión alquímica de tres puntos porcentuales en potencia, por eventuales disputas por estos factores.
Por supuesto está el círculo perverso de los promotores del voto, hermanados por la necesidad y la nómina; cada uno de ellos tiene la obligación de facilitar, con nombre y claves de elector, su base de datos con 40 votantes, en el entendido de que serán su individual responsabilidad, que estos acudan a votar y desde luego lo hagan por el partido que se les solicita; claro, estos también serán verificados en listados de casilla para medir e incentivar su eficacia (de aquí otros seis puntos adicionales seguros).
Existen, sin embargo, tres prerrequisitos de la operación alquímica, si ésta es real y no solo esquilme financiero. Primero, si en el ánimo electoral no está posicionada por lo menos la idea de un empate posible o digamos, un empate técnico adverso o hasta un resultado contrario, pero no abrumador (entre seis y 10 puntos de desventaja), no habrá “poder humano” que cambie un resultado. Segundo, una baja participación electoral de manera que todos los competidores participen con sus votos duros y la operación sea rentable. Tercero, dinero, dinero y dinero; en efectivo y en monederos electrónicos comprometidos a resultados. Este aspecto del dinero tiene una doble vertiente: el prerrequisito primero, la expectativa ganadora.
Por eso, a dos semanas de la elección y a pesar de lo inclinado de las encuestas; para los operadores alquimistas, la decisión no está ni remotamente resuelta, por lo menos, no mientras logren establecer la mínima duda de quién es el puntero, al tiempo que el dinero fluya y con el poder del ejercicio de gobierno, se pueda desestabilizar el ambiente político de la contienda. Para la alquimia, esto apenas empieza.
Que la historia lo registre.– En 2013, en BC, de frente a la jornada electoral, en el “cuarto de guerra” del candidato puntero, llegaron los apoyos oficiales. Instrucción sencilla: para ganar las elecciones hay que hacer todo lo que sea necesario, después averiguamos.
Botón rojo.- Todo, aunque lentamente ha ido cambiando, también en materia de delitos electorales.
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com