La única encuesta que tiene valor y reconocimiento oficial es la elección del 1 de julio de 2018. Tiene valor único, en tanto es el voto directo, depositado de manera individual, secreta, por cada ciudadano en las urnas electorales, el día de la elección oficial en todo México.
Actualmente en México, las “llamadas por teléfono” son una aproximación sobre un evento remoto de preferencias, simpatías o de “lástimas” sobre un determinado personaje: “candidato electoral”.
En México no hay “encuestas formales” sobre la elección presidencial del 1 de julio de 2018. En el presente, las encuestas ya no tienen la aceptación de otros tiempos, es decir, el interés que antes tenían. Las empresas encuestadoras mexicanas (patito) optan por modelos sencillos y baratos para obtener determinada información. Eligen, por la “vía telefónica”, conseguir datos sobre preferencias electorales. A veces ni siquiera realizan las “llamadas por teléfono”, simulando que lo hacen.
Las encuestadoras mexicanas ya no se basan en la encuesta real, “cuerpo a cuerpo”, entrevistador-entrevistado. Regularmente, los sondeos de opinión son por “encargo” o a petición de algún cliente interesado en determinado fin, que por supuesto, es el que paga “el trabajo” (encuesta de opinión). Por esto, los resultados suelen ser verdaderos “trajes a la medida”, estos son los resultados que se entregan primeramente al solicitante (cliente-interesado) del “sondeo de opinión”, son resultados reales.
Posteriormente, a petición del interesado-cliente, son “maquillados” (retocados, alterados) los resultados que el interesado, para su “beneficio personal”, solicita a la “empresa encuestadora”, con el objetivo de que el interesado haga uso de esta información a su conveniencia. Nadie en su juicio publica información que no le convenga. La relación encuestadora-cliente crea “un dúo perverso”.
Los “sondeos de opinión” en México los ha pagado la red de corrupción agrupada en el partido político autonombrado Morena, según ellos, para en su momento desprestigiar de ineficiente al sistema político de México. Igualmente para decir que el 1 de julio de 2018 hubo fraude electoral, argumento usado con frecuencia por el PRD y Morena, cuando los resultados no les favorecen.
Las empresas encuestadoras en México tienen que apegarse a derecho y a estrictas normas estadísticas. No venderse al mejor postor. No vender supuestos resultados electorales para quedar bien con determinado cliente. No ofrecer cifras y porcentajes pre-elaborados.
Conclusión: una elección la gana el que obtiene más votos el día de la elección, no el que paga más sondeos de opinión.
Adolfo Angulo Lobato.
Correo: adolfo_angulo_lobato@yahoo.com.mx
La Paz, B.C.S.