Política Breve y de Emergencia
Bastó una declaración de escasos minutos para que los principales líderes económicos de México, los verdaderamente acaudalados del país, los que juegan en las ligas mundiales del dinero, mandaran a todas las asociaciones y agrupaciones con las que tienen influencia, a abrir una guerra por todos los medios posibles, en supuesta defensa de su sector y en contra del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Todo porque al finalizar uno de sus diarios mítines de campaña, AMLO les declaró a los reporteros que cubren permanentemente sus actividades, que se había enterado de una reunión que el candidato del PAN Ricardo Anaya sostuvo con un grupo de empresarios y políticos donde el acuerdo era pedirle al presidente Peña Nieto su intervención para “bajar” de la contienda al abanderado del PRI José Meade.
Pero aquéllos le pidieron a Anaya que primero debería él cancelar su beligerancia en contra de Peña. Encarrilado, el candidato de Morena en sus declaraciones reveló nombres y apellidos de los participantes y calificó “…a un grupo de empresarios, que en sentido estricto son traficantes de influencias, no empresarios, los que se benefician de la actual política económica, los que se benefician de la corrupción…” Y se encendió la mecha.
El empresariado mexicano en voz de sus principales representantes, los presidentes del Consejo Coordinador Empresarial y la Coparmex, activaron una guerra mediática en la que no defienden sus derechos políticos ciudadanos, sino más bien el orgullo maltrecho de los empresarios señalados; al publicar en “cuatro (4)” planas a todo color en “todos” los diarios del país su defensa fue total, para asumir como “agravio general” en contra de los empresarios del país, señalamientos de corruptos y traficantes de influencias. Ahora sí que los líderes empresariales dijeron: si señalas a cinco nos señalas a todos y la historia contada es del imaginario de AMLO, pero se hizo del imaginario colectivo.
Pero en este México moderno y en ocasiones surrealista, las mentiras no duran mucho y las verdades pesan fuerte como loza en la espalda. Bastaron un par de días, para que de la propia presidencia de la república se “filtrara” la reunión posterior derivada de la “imaginaria” en donde los mismos personajes señalados acudieron efectivamente a Los Pinos a pedirle a Peña Nieto lo platicado con Anaya. Pero los mandaron con cuentas destempladas y con la postura oficial de que, solo bajando al abanderado panista podría haber algún acuerdo. Reunión esta última que ya no mereció el calificativo de imaginaria de parte de los empresarios y esa sí fue un mero trascendido.
¿Por qué ante eventos verdaderamente vergonzosos como el caso Odebrecht, la estafa maestra, el socavón en la Ciudad de México, la refinería de Tula, el huachicoleo y su complicidad oficial, la casa blanca, etcétera, donde gobierno y empresarios resultan estar coludidos para actuar corruptamente, no se alzó la voz del empresariado para exigir justicia y castigo a los responsables?
Efectivamente en el ejercicio de nuestras libertades ciudadanas y gremiales existe el derecho a manifestarse, pero las actividades proselitistas en campaña electoral en favor o, como este caso en contra, de cualquier candidato o partido, es materia exclusiva de los involucrados en la contienda. A los particulares no les está permitida la propaganda. Se podrá disentir del hecho, pero es la disposición vigente.
Es fundamental para nuestra nación, que se diriman los mal entendidos y se aclaren los actos imaginarios, desde luego en el mejor interés del pueblo. Sobre todo si, como es el caso, pareciera haber ya un virtual ganador.
Que la historia lo registre.- Mientras la cúpula defendía su honor, en BC pequeños y medianos empresarios constructores decían: esto tiene que cambiar, estamos hartos de ganar muy poco y pagar 15 y 20 por cientos para poder trabajar.
Botón rojo.- ¿La campaña relanzada de José Meade rendirá sus frutos? ¿O cuál será el efecto que pone a Alejandro Arregui en segundo lugar en las encuestas al Senado por BC?
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com