El Presidente Trump se equivoca sobre casi todo. Está equivocado en cuanto a la política internacional, sobre el TLCAN; además es racista hacia México y los mexicanos. Trump siempre se equivoca sobre la inmigración hacia los Estados Unidos; en particular tenemos que criticarlo por sus ataques regulares sobre los migrantes trabajadores mexicanos y latinos. Pero tiene razón parcial sobre algo: la Caravana Migrante. Esto no es una situación de asilo. El asilo estaba disponible para ellos en México. Es una distracción, aunque merezca nuestra compasión, la Caravana no merece nuestro apoyo.
Las reglas globales sobre las personas y los países tienen que ser respetadas. Es un hecho de ley internacional que nadie tiene el derecho de vivir en cualquier país que quiere. Este hecho de ley internacional ha sido reafirmado de manera repetida y aplicable a todos -cualquier persona que desea mudarse-. La migración económica y el asilo político son temas diferentes. Al igual que los mexicanos no desearían que cualquier extranjero viviera en México sin permiso, los estadounidenses tampoco lo quieren.
La compleja historia de la frontera entre los Estados Unidos y México tiene a mucha gente viviendo en condiciones irregulares de ambos lados. Algunos mexicanos viven en San Diego, Los Ángeles, Chicago o alguna otra parte sin permiso, al igual que muchos estadounidenses viven por largos periodos en Baja California sin autorización.
De ambos lados de la frontera, estos individuos tienen que ser tratados con compasión y comprensión; decisiones tienen que ser tomadas sobre su estatus legal. Estas personas -que ya se encuentran en situaciones irregulares- tienen que ser la prioridad. Otra vez: el hecho que México y los Estados Unidos sean vecinos, es importante. También lo es la compasión. Sobre este punto, estoy muy en desacuerdo con el señor Trump, ya que su enfoque no incluye ni la compasión, ni el contexto fronterizo.
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Entonces, ¿dónde está mi compasión por la Caravana Migrante? Mientras siento compasión, creo que las leyes y el contexto geopolítico demuestra que nuestra compasión no debería incluir, darles las bienvenida a los Estados Unidos. Las leyes son leyes y la compasión por la gente no debería descartar un análisis riguroso del contexto geográfico de un tema político ni la aplicación de las leyes. Los migrantes de la Caravana no deberían haber llegado tan al norte; deberían haber parado en la frontera sur de México y buscado asilo allá. Aquí es donde me acerco al punto de vista del Presidente Trump sobre la Caravana Migrante, más que en cualquier otro tema.
Les recuerdo lo que el reportero de ZETA, Manuel Ayala, reportó el 24 de abril: “De acuerdo con algunos migrantes entrevistados por ZETA, la gran mayoría viene huyendo de la represión política y la violencia pandilleril que ha venido azotando sus países, la cual se ha recrudecido en los últimos años, causando daños directos y colaterales por los que les ha hecho difícil vivir en lo que un día fueron sus hogares”.
Entiendo las situaciones difíciles y peligrosas de estos migrantes. Yo sé que se enfrentan a una horrible violencia pandilleril (que en ciertos casos fue importado de los Estados Unidos), una fuerza policiaca terrible y gobiernos represivos; pero esto no otorga a nadie un pase gratis a los Estados Unidos a través de México: asilo político ya es posible para ellos en México.
México firmó la Convención de Ginebra de 1951, un documento clave para los refugiados del mundo y para la ley de asilo. Desde 2014, México ha sido una nación signataria por completo. Esto significa que nuestro vecino, México, legalmente es responsable dar asilo o refugio; así es como funciona la Convención de Ginebra. Refugiados y personas solicitando asilo no pueden pasar por los países en los cuales no quieren vivir para llegar a los que sí, considerados para ellos seguros o “mejores”. México es un país seguro para refugiados. Punto.
México tiene buenos antecedentes en cuanto a la protección de refugiados y personas, solicitando asilo en el sistema mexicano. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) es el destino legitimo para los refugiados centroamericanos y no San Ysidro y la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Siendo el primer país seguro para los que está escapando Centroamérica, México debería ser su país de refugio. Con un enorme retraso de casos migratorios y de asilo, esperando adjudicación en los Estados Unidos y muchos migrantes ya en situaciones irregulares en los Estados Unidos. La Caravana Migrantes es una distracción.
La Caravana no debería estar peleando para cruzar la frontera tijuanense; debería haber recibido una cálida bienvenida y visas de largo plazo por COMAR, en el sur de México. Tenemos que enfocarnos en los migrantes que ya están en los Estados Unidos en vez de distraernos con los refugiados que deberían buscar asilo en México.
Andrew S.E. Erickson es un orgulloso ex residente de Tijuana, ex diplomático de los Estados Unidos, con Maestría del Colegio Nacional de Guerra, y un fuerte creyente de la importancia de las buenas relaciones entre mexicanos y estadounidenses.