Eso de fiesta cívica es puro cuento.
Tratándose del proceso electoral en sus diferentes etapas, no son confiables. Deberían serlo porque tenemos autoridades en el Instituto Nacional Electoral, conformado por personas correctas, salvo excepciones muy reconocidas a quienes les atribuyen representar a los partidos que impulsaron sus nombramientos. Aunque el INE se ha visto abollado en su “carrocería” por un Tribunal Federal, que un día sí y otro también le enmienda la página.
Estas elecciones son muy especiales, no por las miles de candidaturas que estarán buscando el voto ciudadano, tampoco por la revoltura que se han dado en los partidos políticos, que dejaron en el cuarto de los cachivaches inservibles, los ideales, las aspiraciones, los valores. El ejemplo más claro, el que no requiere ningún tipo de análisis por ser tan reconocidos sus ideales y visiones sobre el respeto a la vida, a la familia, indudablemente que es la unión de PAN y PRD.
Son especiales porque a pesar de los avances democráticos, de los elementos que otorgan certeza sobre el respeto al voto, la llegada al día de la elección se antoja difícil y gran parte se le atribuye a los medios de comunicación y a las temibles redes sociales. Los primeros porque se interesan más en que los candidatos contesten agravios o críticas de sus alternantes sin interesarles “cómo cumplirán sus promesas”; y los segundos porque han tomado con exagerada pasión, la glorificación de “ya sabes quién”. No admiten que lo toquen ni con el pétalo de una rosa. Lo consideran tan puro como un recién nacido.
¿Habrá algún país del mundo que invierta tanto en los comicios electorales? No tan solo se les entrega dinero para que hagan campaña, los partidos reciben muchos millones para mantenerlos en sus gastos, incluyendo sueldos a los dueños de los mismos o administradores. El INE, por su parte, también recibe carretadas de dinero para sus gastos, seguramente necesarios. Por cierto, trate de conseguir un importante documento en forma de libro que publicó en diciembre de 2016, llamado “Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023”. Nos entrega una guía para la Estrategia y Gobernanza que debería concluir en elecciones limpias, creíbles e irrefutables. Algo que estamos necesitando especialmente en este 2018.
Nota 1.- Como si no fuera suficiente, la Ley y las instituciones que rigen el proceso electoral para hacerlo confiable, ahora la CNDH está llamando para “blindar el proceso electoral” y conste que todos los que están en esto, se supone que son personas correctas.
Nota 2.- La semana pasada, en este mismo sitio, comentábamos sobre los carros chocolates. Ahora resulta que todos los candidatos, autoridades y personas que tienen cierto poder de representación, hablan de esa necesidad. Ya era hora porque son décadas que los fronterizos tenemos ese problema y quienes más impiden el arreglo son los concesionarios de los automóviles nuevos. No les conviene.
Nota 3.- Lo que está sucediendo en Jerusalén es una verdadera pena. El señor Trump abandona los grupos internacionales que respetan la ecología, el desarrollo económico, e ignora los derechos de los migrantes y en cambio lanza todo un avispero a la ciudad santa para el islam, el judaísmo y el cristianismo. Ahí donde la lucha por la tierra y los problemas políticos son pan de cada día. Una verdadera pena.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
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