“AMLO usa avioneta privada en gira por Sonora”, es el primer post que aparece en el Facebook de mi iPod. Son las 6:00 am y prosigo con el ejercicio mañanero para saber qué hay. Muevo mi dedo gordo para impulsar la aparición de nuevas imágenes y me topo con otro post respecto al mismo tema, después se viene en mi FB, una cascada de publicaciones anti AMLO: “el Papa responde a AMLO que sus ideologías son dictaduras del pasado, que no sirven” (esos problemas de sintaxis le adjudican al Papa en la noticia falsa); AMLO ordena reventar mitin en Oaxaca; implican a AMLO en desfalco monumental; AMLO hasta el momento no habla como estadista; una encuesta falsa presentada por seguidores de Anaya que lo presenta pisándole los talones al tabasqueño; otra foto más de la avioneta convertida por la canalla en avión, AMLO viaja en avioneta que no tiene ni Donald Trump; López Obrador le tienen sin cuidado que los niños no aprendan inglés; una edición de videos tramposa, denigrando a Andrés Manuel; otra imagen de la avioneta con la leyenda: “Así llega AMLO”; Vargas Llosa pide a los mexicanos, no votar por AMLO; otro video editado, presentando a “El Peje” como un manipulador descubierto; miles dejan a AMLO para irse con Anaya; otro video titulado: “¡Felices treinta años manteniendo al Peje!”; otra de la avioneta presentando la información como un gran hallazgo; Anaya despedaza a AMLO sobre construcción de refinerías; de nuevo la foto de la avioneta; AMLO ya empieza a repartir amnistías; y lo que faltaba, Slim, el gran plutócrata mexicano, orgullo de los advenedizos, fustiga a AMLO por su negativa a la construcción corrupta del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
La propaganda negra contra Andrés Manuel, en las redes, es abrumadora, tanto como la defensa que de él hacen los cibernautas. En los medios tradicionales, la historia es similar. La gran mayoría de los opinantes y editorialistas conforman un coro anti “Peje”, pero los comentarios a sus columnas son una ola de respuestas que favorecen al tabasqueño. Los controles políticos y la inversión mediática de la oligarquía sistémica no funcionan, no comunican ni encuentran receptores. México, después de intentarlo con precaución durante aproximadamente 30 años, parece estar decidido y haber perdido el miedo, nada lo asusta; nada lo intimida, nada lo cohíbe, quiere el cambio.
Cuando AMLO decidió abandonar al sol azteca, después de que le quedó claro que los chuchos y sus imitadores, dentro del PRD, saboteaban más que ayudar; los factores reales del poder se solazaron en la idea de que su Némesis se había quedado solo y que el edificio político que había construido, no podía ser destruido y reconstruido en seis años, por eso lo consintieron, lo analizaron como presa fácil de una campaña negra y más bien como un aliado involuntario para la permanencia del grupo en el poder. Se equivocaron y apenas se dan cuenta que AMLO será presidente gracias a la persistencia, congruencia y al fracaso y abuso del grupo en el poder; hoy están perdidos, y a 10 semanas de la elección, Andrés Manuel López Obrador se encuentra, según la última encuesta del periódico Reforma, 22 puntos porcentuales arriba de Anaya, y el PAN y 30 de Meade y su decrépito PRI. AMLO ganará y el nacionalismo revolucionario estará de regreso, salvo que ahora democratizado, pues su principal representante se ha curtido como ningún otro político vigente en la lucha democrática. A AMLO y sus millones de seguidores se nos ve feliz, y como no, el cambio verdadero está por llegar.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com