1.- El 21 de marzo fue asesinado, en Gutiérrez Zamora, Veracruz, Leobardo Vázquez Atzin, director del medio digital Enlace Informativo. Con este asesinato, el tercero de este año, el número de periodistas victimados durante el sexenio de Peña Nieto llegó a 48, misma cifra que el alcanzado en la gestión de Felipe Calderón. Ser periodista en México, es una profesión riesgosa, tal y como ocurre en todos aquellos regímenes donde se persiguen libertades y se pretende mantener en la opacidad la gestión gubernamental y dejar impunes los latrocinios cometidos a la sombra del poder.
2.- El 22 de marzo se cumplió un año del asesinato de Miroslava Breach, periodista de investigación con más de dos décadas de ejercicio profesional. Sus reportajes sobre las agresiones por parte del poder político, empresarial y el narcotráfico a los tarahumaras. Los últimos trabajos periodísticos de Miroslava documentaron los vínculos del crimen organizado con las elecciones en Chihuahua, la política institucional y el mundo empresarial. Esa fue su sentencia de muerte. Mientras el gobierno del panista Javier Corral es omiso a la demanda de justicia y esclarecimiento de un crimen que involucra a varios de sus funcionarios.
3.- En una de esas reuniones que dice el INE no son campaña, Alejandra Barrales, candidata al gobierno de la CDMX, defendió la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, al advertir que la posibilidad de que haya contratos otorgados en forma ilícita, no puede ser pretexto para echar abajo un proyecto… (La Jornada, 25 de marzo de 2018: 24). Imaginémonos en la jefatura de la capital del país: desde el primer día, los contratos ilícitos proliferarían y “no podrían ser pretexto” para detener proyectos, como la privatización del agua o culminar la destrucción de la Sección 3 del bosque de Chapultepec, por la simpleza de que los contratos se hayan otorgado de forma ilegal.
4.- Los impactos de la corrupción, auspiciada por la constructora brasileña Odebrecht, han tenido efectos en Sudamérica, pero como México está en el norte de América, pues aquí no pasa nada. El 21 de marzo, el derechista Pedro Pablo Kuczynski renunció al cargo de presidente de la República de Perú, acusado por la fiscalía de la Nación por el “delito de lavado de activos ligados a la firm-BFA brasileña Odebrecht”. El fiscal, afirmó: “es necesario indagar si Kuczynski, mientras era un funcionario clave del gobierno del entonces presidente Alejandro Toledo (2001-2006), quien es prófugo de la justicia y disfruta en París de los bienes y millones adquiridos por sobornos de funcionario, tal como Barrales y Anaya, favoreció a empresas ligadas a Odebrecht”. Mientras en México, Emilio Lozoya, el PRI, el INE y EPN se mueren de risa.
5.- El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El proyecto para construir el NAICDM surgió en el gobierno de Fox. Mediante la expropiación, procedió el despojo de cinco mil 400 hectáreas de los comuneros de San Salvador Atenco, quienes al resistirse, fueron brutalmente reprimidos por granaderos y policías estatales, agresión ordenada por el entonces gobernador del Estado de México: Enrique Peña Nieto, quien desde la presidencia y contra la opinión de muchos especialistas que han mostrado lo inadecuado que resulta construir en esos terrenos del viejo lago de Texcoco un aeropuerto que, entre otras cosas, pone en riesgo la seguridad hídrica de la Ciudad de México, y tiene inconsistencias en la firmeza del suelo, apresura la obra y se niega a mostrar los contratos.
6. En 2015, Peña anunció que el costo del NAICDMsería de 169 mil millones de pesos, sin embargo, en 2017, la cifra aumentó a 210 mil millones de pesos. El 70% de los contratos se adjudicaron directamente o discrecionalmente sin la licitación a que obliga la ley. Por su parte, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro informó que las Aforé Inbursa, Pensionissste, Profuturo y XXI Banorte, invertirán 13 mil 500 millones de pesos del ahorro pensionario de los trabajadores para la construcción del Aeropuerto. Nadie rinde cuentas y las dudas se extienden sabiendo que en los gobiernos neoliberales operan bajo la consigna “si no hay obra, no hay sobra”. Si no fuera así, ¿por qué tanto temor a mostrar los términos de los contratos?
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com