El sacerdote José Moisés Samuel Fabila Reyes, de 84 años de edad, fue hallado muerto por sus familiares la tarde de ayer martes, a pesar de haber pagado un rescate un día antes, luego de que el presbítero fuera secuestrado el pasado 3 de abril, en Cuernavaca, Morelos, y por quien sus plagiarios pedían 2 millones de pesos.
Fabila Reyes, quien desde hacía 57 años había sido ordenado sacerdote, era, hasta su muerte, Capellán de Coro Emérito -un auxiliar del Cabildo en el ejercicio pastoral litúrgica y sacramental-, bajo la dirección del Rector de la Basílica de Santa María de Guadalupe, el monseñor Enrique Glennie Graue.
La muerte del cura originario de Valle de Bravo, Estado de México, fue confirmada por fuentes de la iglesia Católica, citadas por el diario El Universal. Según la revista Impacto, Fabila Reyes padecía problemas cardíacos.
“Las primeras investigaciones conducen a que no aguantó las condiciones del plagio y murió días antes del acuerdo negociado con sus captores, sin que [estos] avisaran a la familia”, indicó dicho medio.
“La operación de secuestro indica que los plagiarios tenían conocimiento de los movimientos del sacerdote y de su familia, y esperaron el momento propicio en un viaje de la Ciudad de México a Cuernavaca, Morelos”, señaló la revista.
Con el hallazgo del cuerpo del presbítero Fabila Reyes suman 24 sacerdotes victimas de homicidio durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y tres durante la última semana.
