En la última semana, cinco menores de edad fueron detenidos en el cruce fronterizo de San Ysidro, entre Tijuana y San Diego, al intentar traficar fentanilo.
El fentanilo es considerada por las autoridades como la droga más letal, siendo hasta 50 veces más potente que la heroína.
Ahora, su creciente demanda en el mercado negro de Estados Unidos ha encontrado una nueva forma de contrabando desde México: los menores de edad.
De acuerdo a cifras proporcionadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), en el año fiscal 2017, 84 menores de edad fueron detenidos en posesión de droga al cruzar la frontera desde San Diego hasta Calexico en California.
La estadística ha aumentado este año, con 41 casos detectados en el año fiscal 2018 y por primera vez, se registra el tráfico de fentanilo con un total de seis menores involucrados.
En los más recientes casos, autoridades han detenido a jóvenes de 17, 16 y 15 años de edad con este tipo de enervante, muchas veces, adherido a sus cuerpos.
“Los cárteles de las drogas están explotando a nuestros jóvenes. Los traficantes van a encontrar cualquier forma posible para convencerlos, pero su edad no les da inmunidad”, declaró Anne Maricich, subdirectora de Operaciones de Campo de CBP en el sector San Diego.
La funcionaria detalló que han detectado una alarmante tendencia en el tráfico de opioides por medio de menores en el cruce fronterizo de San Ysidro.
Mientras que en 2009, la mayoría de los jóvenes traficaba marihuana, para 2017, la principal droga que llevaban era la metanfetamina, seguida de heroína y cocaína.
“No es un fenómeno nuevo, pero sí es nuevo el tráfico de fentanilo”, dijo respecto a los adolescentes detenidos.
La preocupación de las autoridades se concentra además en el peligro que corren estos jóvenes al mantener contacto directo con el fentanilo.
“Es una droga muy peligrosa. Nuestros agentes limitan su exposición a la piel y prevenir su inhalación”, añadió.
Por su parte, David Shaw, agente especial de Investigación del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés), añadió que los adolescentes son reclutados por los carteles en ambos lados de la frontera.
Entre los casos detectados, se encuentran tanto ciudadanos estadounidenses como mexicanos, ya que lo que buscan los traficantes son jóvenes que crucen regularmente hacia Estados Unidos.
Shaw comentó también que los adolescentes son contratados por medio de redes sociales, abordados en el transporte público, mientras hacen fila para cruzar la frontera, así como por adultos y otros jóvenes en sus vecindarios.
Algunos reciben cantidades menores a 500 dólares por cruce, pero otros trabajan bajo amenazas en su contra o hacia su familia, advirtió.