¿Los Estados Unidos se están haciendo más racistas en contra de los latinos? ¿Los estadounidenses se ven cada vez más negativos hacia México? ¿De qué otra manera se puede analizar los ataques de la Casa Blanca sobre el TLCAN y el rechazo de compromiso político para los “Dreamers” (inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos cuando eran jóvenes)?
No soy fan de la actual Casa Blanca, sin embargo, pienso que ocasionalmente es importante recordar a los lectores, que la Casa Blanca realmente no representa el pensamiento de la mayoría de los estadounidenses sobre México y la migración, como tampoco representa el punto de vista de los estadounidenses sobre el TLCAN. Es sumamente importante enfatizar que la opinión de los estadounidenses sobre México, la migración y el TLCAN, tiene una fuerte relación con su nivel de experiencia, es decir, entre más conocen los temas, menos apoyo existe para las acciones del señor Trump.
Según el sondeo del 6 de febrero de Quinnipiac University, 81 por ciento de los votantes estadounidenses apoya que los Dreamers eventualmente soliciten la ciudadanía. Aunque sea cierto que los demócratas apoyan esto, más que los republicanos (94% comparado a 68%); también es cierto que una gran parte de los republicanos piensa que los Dreamers deberían tener un camino para llegar a la ciudadanía. Según el mismo sondeo, casi 60 por ciento de los votantes se opone a construir un muro a lo largo de la frontera, y menos de 40 por ciento apoyan la idea.
La gente en los Estados Unidos habla mucho sobre los partidarios comprometidos del Presidente Trump: la minoría de los estadounidenses que votaron por él y los estadounidenses que siguen apoyándolo. Resulta elemental recordar que el apoyo es superficial: según un análisis de promedios de sondeos del Huffington Post, 42 por ciento de los votantes aprueban el desempeño del señor Trump, hoy en día, y casi 43 por ciento se oponen (los números no suman a 100 por la manera en la cual se calculó el sondeo).
Y es cierto, dado el tono y la falta de talento del Presidente, es una desgracia que tantos estadounidenses sigan apoyándolo y tan pocos se opongan a él.
Pero hay una serie diferente de números que pienso, son más interesantes que estos. Claro, es muy fácil argumentar que los partidarios del Trump ignoran las problemáticas subyacentes que rodean las políticas mexicanas, el TLCAN y la inmigración a los Estados Unidos. Veo datos interesantes que apoyan este punto de vista en una serie de números: la correlación entre el porcentaje de inmigración latina en un Estado y el nivel de apoyo de Trump. Para mí es una cifra importante. ¿Será que tener menos relación con los latinos hace que la gente sea más o menos partidaria de Trump?
Resulta que, salvo algunas excepciones, estados con altos porcentajes de apoyo para Trump generalmente tienen el menor número de inmigrantes latinos. Considera esto: West Virginia, Dakota del Norte, Wyoming, Dakota del Sur y Alabama, son los cinco estados en los que el Presidente Trump tiene el más alto nivel de apoyo en los Estados Unidos, hoy en día. Ninguno de estos estados, aparte de Wyoming, tiene una población mexicano-americana mayor a cuatro por ciento (Y en Wyoming ¡es de menos de siete por ciento!). Compara esto con los estados donde la tasa de oposición de Trump es más alta: California, Nuevo México, Arizona, Texas y Colorado. Todos son estados cuentan con grandes poblaciones mexicanas. La gente entiende que la estrategia Trump es mala.
La inmigración, como cualquiera pregunta de política pública, es un tema de debate importante para los ciudadanos de un país. En una democracia funcional, sus ciudadanos eligen líderes que implementarían políticas que reflejan los deseos de la población. Lo que más resalta de la política de Donald Trump es que los oficiales que ha escogido para implementar su política migratoria reflejan el punto de vista de los estadounidenses que tienen la menor experiencia con sus vecinos, colegas y amigos mexicanos. Al parecer, la ignorancia no resulta en buena política.
Andrew S.E. Erickson es un orgulloso ex residente de Tijuana, ex diplomático de los Estados Unidos, con Maestría del Colegio Nacional de Guerra, y un fuerte creyente de la importancia de las buenas relaciones entre mexicanos y estadounidenses.