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martes, octubre 1, 2024
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LA UTOPÍA MUSICAL DE DAVID BYRNE

Después de su participación en el desierto al cantar en el primer fin de semana del Festival Coachella, David Byrne volvió a los recintos cerrados que caracterizan a su actual gira, para ofrecer un espectáculo con esencia etérea en el Civic Theatre de San Diego, California. La cita en la que interpretó poco más de veinte canciones combinadas entre su repertorio solista y el legado de éxitos que lo dieron a conocer como fundador de la banda Talking Heads, se consumó el pasado martes 17 de abril.

Delimitando el espacio con una línea continua de luz blanca a los lados y fondo del escenario, el espectáculo inició con Byrne sentado en una silla que ubicaron previamente al centro del templete, detrás de una mesa sobre la que reposó una réplica de cerebro humano, que tomó en sus manos mientras cantó “Here”. Perteneciente al disco “American Utopia”, que está a la venta desde el 9 de marzo y que le asignó nombre a la gira. El tema fue el único que le permitió estar solo por unos segundos, ya que durante su canto, una malla de cordones se elevó lentamente hasta simular paredes que luego fueron atravesadas por un par de coristas y bailarines.

Escondidos detrás de la cortina, los músicos entraron uno a uno al perímetro, cuando su intervención fue requerida, lo que le dio mayor dinamismo al show, el cual, en su parte inicial, incluso trastocó el esquema de performance. Con el escenario iluminado en tonalidades grisáceas, igual que el usado en las vestimentas de los catorce cuerpos que estuvieron de un rincón a otro, el sonido de “Lazy” antecedió un primer bloque dedicado a la nostalgia, que se compuso por “I Zimbra” y “Slippery People”. Al despertar con éstas, la alegría de los que abarrotaron cada una de las butacas del teatro, ya no hubo mejor opción para disfrutar el estar de pie, cantar al unísono y bailar. Tras la tercia canción en la que tuvo lugar el cover al tema colaborativo con St. Vincent, “I Should Watch TV”, aquellas reacciones de emoción contenida se repitieron con “This Must Be The Place” y “Once In A Lifetime”; en tanto que breves coreografías dieron paso a los icónicos movimientos de Byrne que, a sus 65 años mantiene calidad vocal, energía y carisma.

Los clásicos “Born Under Punches”, “Blind” y “Burning Down The House”, se intercalaron entre canciones como “Doing The Right Thing”, “Every Day Is A Miracle” y “Like Humans Do”, en un contexto sin amplificadores ni pedestales que convirtió a cada músico descalzo de principio a fin, en portador de su propio instrumento y al empleo lúdico de luces para generar ciertos tonos y sombras en el único adorno sobre el escenario, dejando como elemento principal al canto de quien ha hecho de su talento, una leyenda que mantiene su toque glorioso, tal como lo demostró al regresar dos veces al escenario tras los efusivos aplausos de sus seguidores para sellar una noche memorable.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Brenda Mancera Brenda Mancera Brenda 30 friganea@gmail.com
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