Con motivo del rechazo a la Ley de Seguridad Interior por algunos jurisconsultos que alegan, de llegar a aplicarse dicha ley, serán violados los derechos de algunos o muchos ciudadanos, o sea, “se ponen el huarache para no espinarse”. Su principal argumento es: si ya existe la PGR, las procuradurías de Justicia de los estado, el Ministerio Público y los variados cuerpos policiacos, que son los encargados de vigilar y salvaguardar vidas y bienes de los ciudadanos, ¿para qué incluir al Ejército en estas tareas que son parte fundamental de las obligaciones del gobierno? Esto dicen.
Pero la realidad es que no funcionan esas dependencias como deberían para proteger la seguridad y tranquilidad de todos los mexicanos. La criminalidad delincuencial está llegando al tope máximo y ha encontrado una “bendición” en el Nuevo Sistema de Justicia Penal. Los “malandros” roban, matan y vuelven a robar y matar, gracias al NSJP.
Urgen en este momento, orden, equidad y respeto y un ALTO a la corrupción e impunidad.
P.D. “La fecundidad de lo inesperado desborda las previsiones del estatista”, Proudlton.
Atentamente,
Rubén Hernández S.
Tijuana, B.C.