Fue declarada legal la detención de tres hombres asegurados por agentes municipales el pasado 11 de abril, minutos después de presuntamente disparar contra los hermanos Julián Gerardo Botello Hernández y Héctor Ricardo Botello Hernández, quien murió a causa de las lesiones en el lugar de los hechos, en la colonia Jardines del Rubí, de la delegación Centro.
En la audiencia inicial celebrada el sábado, el Ministerio Público narró las circunstancias en que Guillermo Anguiano Ayón, José Guadalupe Anguiano Ayón y Manuel Alejandro Ramos Santana fueron detenidos, pero la defensa alegó que el aseguramiento fue ilegal.
Según lo narrado, los hechos se registraron aproximadamente a las 21:00 horas de la citada fecha, en el estacionamiento de una tienda de conveniencia ubicado en la esquina de las calles Santiago Alvarado y avenida Miraflores, de la colonia Jardínes del Rubí.
De acuerdo con el testigo presencial Julián Gerardo Botello Hernández, él y su hermano Héctor Ricardo Botello Hernández se encontraban a bordo de un vehículo Nissan, color blanco, modelo 2008, en los asiento posteriores, junto con un hombre de apodo “El Gordo”, ubicado en el lugar del piloto, mientras esperaban a un amigo de estos últimos.
Un hombre se acercó al vehículo, se sentó en el asiento del copiloto, sacó un arma de fuego color negro con letras doradas y, apuntándoles con ella, les preguntó dónde estaba su mercancía, sin especificar de qué se trataba, a lo que Héctor Ricardo respondió que no sabía.
El recién llegado les amenazó con matarlos si no le decían dónde estaba su mercancía y les dijo que “les sacaría la verdad”; al temer por su vida, Julián Gerardo salió del vehículo y emprendió la huida.
El testigo presencial declaró que al correr escuchó un disparo, sintió un dolor en el brazo y oyó más detonaciones; durante su fuga, observó una camioneta pick up color blanco, con cabina y media, redilas y un rótulo que decía “Ayón”. Continuó corriendo por las calles aledañas y llegó a una vivienda donde le auxiliaron y lo llevaron a recibir atención médica a la Clínica 20 del IMSS y luego a la Cruz Roja, hasta donde llegaron agentes municipales y en su entrevista identificaron que se trataba del hermano de Héctor Ricardo, la víctima en Jardines del Rubí.
A las 21:05 horas, indica el informe policial homologado, dos agentes municipales escucharon por la radio frecuencia el reporte de un herido de bala en el mencionado domicilio de Jardines del Rubí y al arribar, encontraron a Héctor Ricardo, quien presentaba lesiones en tórax y brazo y tenía una pierna atorada en la puerta del vehículo sedán blanco y a quien los paramédicos de la Cruz Roja declararon sin vida. En el vehículo donde quedó la víctima, los oficiales localizaron dos indicios balísticos en el asiento del chofer y dos en los asientos traseros.
Un hombre identificado como Sergio Nevárez abordó a los agentes y les dijo que había escuchado los disparos cuando se encontraba dentro de su casa, y que al salir vio estacionada una camioneta con las características ya descritas, en la que se encontraban dos personas a bordo; hacia ella caminaba un hombre “robusto y chaparrito” que sonreía mientras se fajaba una pistola negra en el pantalón; este subió al vehículo y los tres se marcharon.
Los oficiales reportaron la camioneta por la frecuencia y otra unidad policiaca que patrullaba por el bulevar Fundadores la identificó en la calleo Paseo Mil Cumbres, en la colonia Cumbres de Juárez. Con torreta y sirena le indicó al conductor que se detuviera, pero este hizo caso omiso y aceleró la marcha, con lo que inició la persecución en dirección a la Zona Centro. Entraron por la calle Negrete y continuaron por el bulevar Sánchez Taboada, pero al verse acorralados, el conductor del vehículo prófugo se detuvo en el entronque con el bulevar Cuauhtémoc Sur.
Agentes indicaron a tripulantes que descendieran, mientras llegaban más unidades. Del lado del copiloto bajó el identificado como Guillero Angulo Ayón, luego José Guadalupe Angulo Ayón y finalmente Manuel Alejandro Ramos Santana, quien viajaba en la cabina de la unidad. En su inspección ocular, los agentes identificaron dentro del vehículo un arma negra con letras doradas, con cargador con ocho cartuchos útiles, la cual fue asegurada y embalada por los oficiales. El arma y los detenidos fueron presentados antes la autoridad correspondiente.
Durante la audiencia, el abogado defensor argumentó que la detención era ilegal porque se habría efectuado después de 15 minutos del reporte del hecho; también apuntó que ninguno de los dos testigos señalaron directamente a sus defendidos como los presuntos responsables y que no había pruebas de que el arma localizada fuera el arma homicida,
No obstante, el juez Fidel García Villanueva consideró que el arma localizada en el vehículo en el que huyeron los presuntos responsables, el mismo vehículo y la concatenación y congruencia de hechos de lo narrado por los policías en el informe homologado y los testigos, eran suficientes para acreditar la legalidad de la aprehensión.
Aunque el abogado defensor también refutó que transcurrieron tres horas 50 minutos desde la detención hasta la presentación de los detenidos, el juez estipuló que se encontraba dentro del periodo de 48 horas reglamentario.
Sobre la discrepancia en la hora de los hechos señalada por el testigo presencial, 19:10 horas, el juez admitió el argumento del Ministerio Público en el sentido de que Julián Gerardo no tenía claro su sentido del tiempo porque estaba en shock al haber sido herido de bala y notificado de la muerte de su hermano.
El Ministerio Público formuló la imputación por el delito de homicidio calificado con ventaja y homicidio calificado con ventaja en grado de tentativa en contra de Guillermo Anguiano Ayón, José Guadalupe Anguiano Ayón y Manuel Alejandro Ramos Santana y solicitó la vinculación a proceso.
El juez determinó dar prisión preventiva a los imputados y, dado que estos demandaron un periodo de 144 horas para presentar las pruebas en su defensa, programó la siguiente audiencia para el próximo 19 de abril.
