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lunes, octubre 7, 2024
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A los mexicanos nos gusta que violen nuestros derechos humanos

Una frase fuerte pero cierta. A tal acusación se merece una buena explicación y no me tomen a mal, simplemente vivimos en un México lleno de corrupción, malos hábitos, incoherencias y dobles caras. Mientras, nosotros exigimos que el gobierno respete nuestros derechos humanos, nosotros les pedimos a gritos que los violen. Así que, si no se ayuda, no se empuje, no podemos exigirle al gobierno que sea íntegro en su mandato si ni nosotros mismos respetamos las leyes.

Después de escuchar mi última clase de Historia de México Contemporáneo me quedé pensando en dicha frase y mi profesor tiene toda la boca llena de razón. Les explico; la falta de conocimiento de los ciudadanos es muy notoria, no nos mantenemos informados constantemente y si lo hacemos sólo consultamos una fuente, a nosotros mismos nos gusta fomentar la segregación y exclusividad. Estas segregaciones y exclusividades las podemos encontrar, por ejemplo, en un antro o un bar. El establecimiento mantiene un código de vestimenta y en algunos otros hasta se tiene un lineamiento de apariencia para poder entrar o no.

Una amiga me contó que un día, mientras vivía en Monterrey, ella y sus amigas decidieron salir de antro; al llegar ahí vieron que las mujeres iban muy arregladas, exagerado, para un antro. Al llegar al “cadenero”, para su sorpresa, dejaron pasar sólo a cuatro y se quedaron fuera otras dos. Cuando entraron al establecimiento mi amiga le preguntó a un empleado que si podían dejar pasar a sus amigas, éste simplemente le contestó “no se puede, una está gorda y la otra está negrita”. En cuanto mi amiga escuchó esto decidió salirse del antro para continuar su noche en otro lugar.

A esto es a lo que me refiero con lo mencionado anteriormente, nosotros mismos fomentamos la segregación. ¿Qué pasaría si nadie aceptara el código de vestimenta y apariencia y dejaran de ir al antro o bar? Al establecimiento no le quedaría de otra más que aceptar la diversidad.

Es muy lamentable que se tenga que reducir a esto para que se acepte y tolere la diversidad, pero somos nosotros mismos los que fomentamos este tipo de tratos. Si tomáramos la iniciativa de tachar y dejar de asistir a lugares que discriminan y segregan a la población, esto no sería un problema, pero por desgracia cada fin de semana ahí vemos los antros repletos de personas esperando a que los dejen entrar dependiendo su apariencia.

A mí también me han tocado vivir momentos incómodos con los “cadeneros” en los antros por no cumplir con el lineamiento o que alguno de mis amigos no lo cumpla. Una vez me tocó ver que un “cadenero” les pidió a mis dos amigos hombres que se quitaran sus aretes porque “parecían viejas”. Al principio sentí enojo y coraje, primero que nada que usaran el término “vieja” para ofender o criticar a un hombre y, segundo, porque no entendía qué tenía de malo que mis amigos trajeran un arete, pero ahora entiendo que “no es culpa del compadre sino del que lo hace compadre”, es decir, que para qué ir a antros que tienen tendencias discriminatorias, que critican tu apariencia y que te piden que te vistas de cierta manera para aparentar ser algo que no eres.

Está claro que no sólo en México existe esta segregación social, pero tomando en consideración que nuestro país está lleno de diversidad cultural los privilegios son sólo para unos cuantos, creando así esquemas de desigualdad social. Es de dar pena que una minoría controle los estándares de cómo deben estar estructuradas las clases porque vulneran los derechos humanos de una mayoría a veces sólo por su color de piel y son excluidos de algunos servicios.

México en sus inicios fue creado por indígenas, no olvidemos nuestras raíces, no nos sintamos superiores que nadie, se debe fortalecer este sentido de pertenencia y no fomentar la segregación social ni los privilegios de unos cuantos. Porque recuerden que nosotros mismos fomentamos la violación de derechos humanos y después exigimos que se nos respeten.

 

Jimena Parra Gutiérrez.

Estudiante de Relaciones Internacionales en ITESM.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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