El presidente Donald Trump impuso la tarde de este jueves, aranceles a la importación de acero y aluminio, medida de la que se excentó a México y Canadá, mientras continúan las negociaciones sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), según informó horas antes un alto funcionario de la Casa Blanca a la agencia AP.
El mandatario estadounidense justificó la medida comercial con el argumento de que el comercio “desleal” con otras naciones está afectando la seguridad nacional, así como a la industria y a los trabajadores estadounidenses.
“La acción que tomo hoy sigue a una investigación de nueve meses por el Departamento de Comercio […] La industria de acero y aluminio ha sido destrozada por prácticas injustas”, dijo Trump desde la Casa Blanca, flanqueado por un grupo de trabajadores metalúrgicos a su derecha y miembros de su equipo de Gobierno a su izquierda.
La Casa Blanca informó que se impondrá un arancel de 25 por ciento al acero y del 10 por ciento al aluminio, algo que ya había adelantado el presidente estadounidense la semana pasada, cuando sorpresivamente expresó su intención de limitar la importación de dichos metales.
Trump había recibido un informe del Departamento de Comercio, en el que se afirma que el actual nivel de importación de aluminio y acero tiene el “potencial” de poner en riesgo la seguridad nacional, sobre todo por sus aplicaciones militares.
“El aluminio se usa en varias armas terrestres y aviones, incluyendo Vehículos Armados Multipropósito, Vehículos Anfibios de Asalto, Vehículos de Combate Bradle, helicópteros Apache AH-64 y el Osprey V-22”, según un comunicado que envió a los medios la Casa Blanca la tarde de este jueves.
El presidente estadounidense tomó la decisión amparado en la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que se aplicó por última vez en 1992, cuando se limitó la importación de empaques cerámicos para circuitos integrados. Asimismo, enn 1988 se impuso límites a los sistemas de rodamiento, y en 1986, a maquinaria para cortar metales.
“Es la manera equivocada de incentivar la creación de un #TLCAN moderno”, publicó el pasdo lunes en su cuenta de la red social Twitter el titular de la Secretaría de Economía mexicana, Ildefonso Guajardo Villarreal, al referirse a la renegociación del Tratado entre México, EU y Canadá.
Guajardo aseguró más adelante, en una entrevista radiofónica, que si el Gobierno estadounidense decide aplicar esta medida, México responderá “en el mismo nivel de represalias”.
“Tú tienes que mantener el nivel de contraataque o respuesta en el mismo canal [… ] no necesariamente vas a contestar en acero [sino] en [un] producto altamente sensibleque tengan implicaciones políticas en muchos sectores”, precisó el funcionario mexicano.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, llamo por teléfono el pasado lunes al presidente Trump, para discutir los aranceles que el republicano propuso imponer al aluminio y el acero.
Trudeau “defendió firmemente” a los trabajadores y la industria de su país, dijo a la agencia Reuters un funcionario del Gobierno canadiense, quien habló bajo condición de anonimato, aunque ambos gobernantes tuvieron “una conversación constructiva”.
Asimismo, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, explicó que Canadá y México podrían tener exenciones una vez que se alcanzara un acuerdo en el TLCAN, y calificó a los aranceles como un “incentivo” para concluir las conversaciones.
El presidente de la Cámara de Representantes de EU, el republicano Paul Ryan, mostró su preocupación porque una medida arancelaria como la planteada podría desencadenar en una “guerra comercial” que perjudique a la economía estadounidense.
Asimismo, Gary Cohn, el principal asesor económico del presidente Trump, renunció a su cargo por sus desacuerdos con el mandatario estadounidense sobre la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio