El que anda concentrado en buscarle un terreno al empresario Raúl Melo (padre), es el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro. Las repentinas habilidades de cabildero de los bienes y raíces del presidente municipal no son gratuitas. Sabiendo aun sin el estudio científico concluido, que los culpables del derrumbe en Lomas del Rubí que afectó a más de 300 personas, dañando 94 casas, son los de la compañía constructora, pero que algunos de sus colaboradores en el Ayuntamiento son responsables por omisión de supervisión, lo que “El Patas” quiere es que los Melo compren un terreno para reubicar a los damnificados del derrumbe. Aun cuando es probable que la compañía constructora tenga reservas territoriales para edificar sus residenciales, en el Ayuntamiento asumen que buscarán un predio adicional, y para ello ya preparan el catálogo de terrenos que la ciudad tiene a disposición y con posibilidad de venderlos. Así la administración de Buenrostro ganaría doble: vendería un terreno y se quitaría la bronca de las denuncias y demandas de los damnificados. Al plan solo le falta que don Raúl Melo dé muestra de su sensatez y generosidad. Primero para aceptar que fue parte del problema que ocasionó el derrumbe, después, para reubicar a quienes afectó.
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