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miércoles, octubre 2, 2024
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Preocupa a vecinos reactivación de relleno sanitario de “El Jibarito”

La montaña de 10 millones de toneladas de basura que compone el antiguo relleno sanitario de “El Jibarito”, se encuentra en fase de clausura por parte de la empresa EcoWaste, pero en papel la autorización es para ECONORBAC, la misma empresa clausurada hace tres años por no cumplir con normas ambientales. El relleno, rodeado de casas, escuelas y hasta un centro comercial, vuelve a provocar preocupación entre los vecinos

Residentes de las colonias aledañas al relleno sanitario de “El Jibarito” se encuentran preocupadas por la operación de la empresa EcoWaste en el sitio. En el pasado, han atribuido los gases emanados de la basura como causantes de enfermedades respiratorias y otros desechos les han provocado problemas en la piel y hasta malformaciones genéticas en los recién nacidos, mientras que residuos eran arrastrados por la lluvia hasta sus hogares.

Aunque en la actualidad, la compañía solo utiliza una sección de celdas autorizadas por la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA) del Estado para la recepción de desechos industriales mientras controla la emisión de biogás del relleno, la desconfianza de los vecinos proviene de que la empresa es manejada por los mismos responsables de ECONORBAC, la cual fue clausurada en octubre de 2014 por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

En aquel entonces, ECONORBAC no presentó las autorizaciones de cambio de uso de suelo e impacto ambiental que expiden la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y, durante una inspección, la autoridad federal detectó anomalías que llevaron a la clausura.

De acuerdo con la SPA, ECONORBAC también fue clausurada por esta dependencia estatal, pero por medio de un amparo siguieron operando hasta la clausura definitiva, tras la cual presentaron un plan de abandono del relleno.

Sin embargo, documentos en poder de ZETA demuestran que las similitudes entre ambas empresas van más allá del giro comercial.

 

MISMA EMPRESA, DIFERENTE NOMBRE

El 27 de mayo de 2013, en Tijuana, se constituyó la empresa ECONORBAC, dedicada a “la recolección, traslado, manejo, tratamiento, control, reciclado y disposición final de toda clase de residuos sólidos y desechos no peligrosos de procedencia doméstica, industrial y comercial”, entre otros servicios.

Como socios igualitarios se registró a Ilse Estefanía Campos García, de entonces 20 años de edad y a Francisco Márquez Alanís, de entonces 48 años. A la joven se le designó como administradora única de la empresa, según consta en documentos de la Secretaría de Economía.

Niños juegan a las orillas del relleno

No obstante, para septiembre de 2014, cuando iniciaron las quejas de los vecinos por la afectación en la salud que ocasionaba la operación del sitio, Juvenal Calderón Castaños ya operaba como administrador del relleno.

También en 2013, pero el 22 de noviembre, se conformó la empresa Recolectora EcoWaste en Tijuana. Los servicios que prestarían, según indica el acta constitutiva ante la Secretaría de Economía, son los mismos que en el caso de ECONORBAC.

Alberto Rosas Romero, de 39 años de edad, y José Antonio Domínguez Corona, de 24, fueron registrados como socios igualitarios. El primero, como administrador único de la empresa.

Cuatro años después, el 24 de agosto de 2017, se nombró a Juvenal Calderón Castaños como administrador único por medio de una asamblea. Se trata del mismo administrador de ECONORBAC.

En ambas compañías, Rodolfo Rodríguez Miranda, dueño del predio del relleno desde 1991, cuando recibió el terreno de 50 hectáreas, según documentos del Registro Público de la Propiedad y el Comercio (RPPC), ha fungido como el director general y públicamente como el propietario de ambas empresas.

 

PERMISOS ACTUALES A NOMBRE DE ECONORBAC

De acuerdo con la titular de la SPA, Thelma Castañeda Custodia, esta dependencia autorizó a EcoWaste el manifiesto de impacto ambiental para el relleno sanitario con fecha  4 de diciembre de 2015.

Sin embargo, al revisar el documento SPA-MXL-4237/2015, que autoriza el manifiesto de impacto ambiental al que se refiere la autoridad estatal, se encuentra expedido a nombre de Rodolfo Rodríguez Miranda y ECONORBAC en lugar de EcoWaste.

Lo mismo ocurre con el resto de documentos, por ejemplo, “la orden de visita de inspección a la empresa del C. Rodolfo Rodríguez Miranda y/o ECONORBAC”, con fecha 24 de abril de 2017. En este documento también se hace mención de Juvenal Calderón Castañón en calidad de encargado de la empresa.

Al momento de autorizar el manifiesto de impacto ambiental, explicó Castañeda Custodia, se establecieron una serie de condicionantes que debían cumplir. Por ello, se realizó una visita el 27 de junio de 2016 para que personal de la secretaría verificara si se habían cumplido tales.

Si bien, en un principio el manifiesto no especificaba la distancia entre la zona y el arroyo “Las Carretas”, ubicado en la periferia sur del predio, posteriormente ECONORBAC comprobó que las celdas en funcionamiento estaban a 750 metros de distancia, con lo que se cumplen los 500 metros mínimos de distancia establecidos en la Norma 083 de la Semarnat.

Los permisos que la SPA expidió para esta empresa consisten en dos. El primero, explicó la secretaria de Protección al Ambiente, es el manifiesto de impacto ambiental para el relleno con la infraestructura y celdas que van a recibir residuos, autorizado el 4 de diciembre de 2015.

Un tubo por donde emanan gases, dañado

El segundo es la licencia para dar el servicio para el manejo integral de residuos de manejo especial en la modalidad de recolección, transporte, acopio, valorización y disposición final, emitido el 25 de mayo de 2016 y con vigencia hasta el 25 de mayo de 2021. Esto significa que una parte del relleno puede ser utilizado como sitio de disposición final.

Sin embargo, la funcionaria aclaró: “En el relleno sanitario está prohibida la recepción de residuos sólidos urbanos provenientes de casa habitación, incluidos los fraccionamientos privados o hasta en tanto, obtenga la autorización de parte del municipio”.

La última visita que realizó la dependencia al sitio data de agosto de 2017, en la cual “se citaron algunas condicionantes que han cumplido según los informes requeridos en los que tienen que informarnos el tipo de residuos y de dónde provienen”, señaló la secretaria.

En sí, la empresa tiene autorización para residuos de manejo especial, esto implica lo derivado de la industria como cartón, metales, madera y plásticos.

Según Castañeda Custodia,  han recibido denuncias sobre la recepción de residuos sólidos urbanos en el lugar, “pero son orgánicos que provienen de maquiladoras que tienen cocinas y generan una cantidad de residuos orgánicos, mayor de diez toneladas por año, pasan a la categoría de manejo especial, entonces sí los pueden recibir”.

 

LOS ANTECEDENTES DE ECONORBAC

El 2 de octubre de 2014, la Profepa clausuró el relleno sanitario “El Jibarito”, debido a que el responsable no presentó las autorizaciones de cambio de uso de suelo e impacto ambiental que expide la Semarnat.

Durante una inspección, personal de la Profepa detectó aceite lubricante residual, sólidos impregnados de grasa y aceite, además de envases que contenían materiales peligrosos en el área de “resguardo de maquinado”. De igual manera, los residuos no estaban identificados, envasados ni etiquetados.

La empresa ECONORBAC, que entonces operaba el relleno sanitario, no contaba con almacén de residuos peligrosos conforme lo marca la Ley, ni presentó bitácoras de manejo de residuos peligrosos ni su registro como generador de estos ante la Semarnat.

Después de la clausura, que causó gran cobertura mediática, ECONORBAC cerró sus instalaciones en el lugar. Un año después, bajo el nombre de EcoWaste, la empresa inició obras en las mismas instalaciones y con un nuevo plan para clausurar el relleno sanitario.

 

VIVIR ENTRE BASURA

El pastor Albert Rivera ha sido una de las principales voces opositores a la reactivación del relleno. Hace más de diez  años, cuando cerró el basurero que funcionaba desde la década de los setenta, presentó las primeras denuncias formales ante la SPA.

Familias de colonias como Nueva Aurora, Fausto González, Loma Bonita y Cañón de las Carretas, se unieron a las quejas sobre la emisión de biogás y la preocupación de vivir cerca de un lugar donde se recibían toneladas de residuos.

“Lo anuncian como un lugar que está ayudando al ambiente, pero acá nos están matando”, expresa.

Rosa Zúñiga comparte la preocupación de ver que ECONORBAC, empresa clausurada, ha reiniciado actividades bajo un nuevo nombre.

La mujer, quien reside en la colonia Nueva Aurora, a menos de 500 metros del sitio -a pesar de que las normas ambientales establecen ésta como la distancia mínima para asentamientos humanos-, sepultó a su esposo en 2013, quien falleció por una fuerte enfermedad respiratoria que médicos atribuyeron a las emanaciones tóxicas del sitio.

La SPA  comenta al respecto: “Claro que el relleno genera situaciones no agradables, a nadie nos gusta vivir cerca de un relleno sanitario o basurero. La Norma 083 marca que este tipo de relleno sanitario debe estar fuera de la zona urbana, a distancia bastante lejana.

Caso atípico, porque el crecimiento urbano cooptó a esta empresa”.

Sobre la posibilidad de que la reactivación de una parte del relleno está causando nuevamente problemas de salud en los residentes, expuso que hasta el momento no se ha realizado alguna campaña o programa, pero no descartó que pudieran llevarse a cabo con ayuda de la Secretaría d Salud para corroborar si las afectaciones de salud pueden relacionarse con el sitio.

 

CUMPLEN CON CASI TODAS LAS NORMAS

Además de la recepción de desechos industriales, la empresa tiene autorización de la SPA para realizar obras y actividades relativas al saneamiento y rehabilitación del antiguo relleno sanitario de Tijuana mediante una red de captura, extracción y aprovechamiento del biogás.

Esto permite la construcción de celdas en un costado del antiguo relleno sanitario. “Como antes no aplicaba la norma para este tipo de sitios, ahí está ese tiradero antiguo a cielo abierto”, comentó la titular de la SPA.

Entre las nuevas normas ambientales, sitios como éste deben contar con infraestructura y tecnología adecuada para la captación del biogás, gases que generan la basura y el acopio de los lixiviados, líquidos que genera la basura.

Parte de las preocupaciones de los vecinos consisten en unos tubos conocidos coloquialmente como tronadores, los cuales dan escape a los gases que son conducidos por canales entre el gran relleno de basura para con una ignición, quemarlos y así evitar su acumulación y posible explotación.

Para Rufino Radilla, director ambiental de EcoWaste, la mejor prueba de que el relleno no causa afectaciones de salud, es un estudio hecho por la consultoría ambiental SIMACSO, en el que se midieron las emisiones de gases en el perímetro del relleno, con fecha 24 de enero de 2017.

Se encontró la presencia de metano, ácido sulfúrico (el de mayor toxicidad), dióxido de carbono y oxígeno, entre otros.

El biólogo con maestría en Eco Toxicología explica que gracias al efecto dispersor del aire, los contaminantes se registraron en cantidades mínimas, debajo de una parte por millón, que no representan un peligro para la salud.

“Nos preocupa cuidar los efectos adversos a la salud, nuestras autorizaciones son condicionadas para ver la manera de reducir a lo mínimo cualquier efecto adverso”, asegura.

El relleno se compone de 10 millones de toneladas de basura, sobre las cuales se colocó un recubrimiento sintético para evitar que los lixiviados escurran hacia los mantos de la tierra al conducirlos a fosas especiales.

A la par, se colocó una malla con piedras, lo cual permite a la basura descomponerse y que los gases salgan a la atmósfera.

Se trata de la fase de clausura del relleno que operó durante años, “es muy importante porque ambientalmente es cuando es más activo el control ambiental”, detalla Padilla.

El representante de la empresa calcula que el proceso tome unos 15 años y, una vez que no haya generación de gas metano, se podrá tramitar el cambio de uso de suelo para utilizar el espacio para la construcción de un parque o alguna otra obra comunitaria.

“Las quejas de los vecinos no es una situación nueva, pero muchos de los vecinos viven en invasiones en terrenos de la empresa”, agregó.

Por su parte, Rodolfo Rodríguez Miranda cuestiona: “¿Por qué antes no había quejas? Ahora que llegamos a este lugar y sanearlo, ¿por qué no había quejas, ni se hablaba del lugar?”.

A pesar de que las nuevas reglas ambientales prohíben la utilización de un relleno sanitario a menos de 500 metros de construcción y fuera de zonas urbanas tan pobladas como en la que se encuentran, la empresa confirmó que buscará la autorización del gobierno municipal para el manejo de residuos sólidos urbanos.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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