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viernes, febrero 16, 2024
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Ninguneados

El escenario fue la fiesta de Carlos Cecilio Landeros Hijar, administrador de la Aduana de San Luis Potosí, pero bien pudiera haber sido una convocada por Diego Fernández de Cevallos, refirió uno de los asistentes, debido a lo granado de la representación política que ahí se encontraba. De todos niveles, colores e ideologías. El festejo fue en Mexicali.

En una de esas coincidieron los protagonistas de la foto. René Mendívil Acosta y Enrique Acosta Fregoso, del Partido Revolucionario Institucional, y Alejandro Ruiz Uribe, de Movimiento Regeneración Nacional. Comenzaron a platicar de los allí presentes, y una cosa a otra los fue llevando a la política. El de izquierda tenía mucho que presumir. El primer lugar de Andrés Manuel López Obrador en todas las encuestas nacionales que miden la intención del voto a la elección de Presidente de la República, y que su coordinación de Morena en Ensenada, va del todo bien.


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Para su mala fortuna, los priistas no tenían nada bueno de qué alardear. El candidato de su partido a suceder a Enrique Peña Nieto, José Antonio Meade Kuribreña, va en tercer lugar de las encuestas nacionales de intención del voto. No levanta, no tiene carisma, cuando aparece en actos públicos lo abuchean y, cuando no, responden muy pocos a su convocatoria. Además, no les tocó coordinar nada. En el PRI le hicieron justicia a Carlos Barboza Castillo y lo nombraron coordinador de la campaña nacional en Baja California; con todo y que fue con la ayuda del ex reo del penal “El Hongo”, Jorge Hank, finalmente encabeza algo.

Además, Mendívil y Acosta tenían otra razón para estar inconformes con su partido. En la lista a candidatos a diputados plurinominales no fueron seleccionados ni uno ni el otro. De hecho, junto al resto de las “bases” priistas, los mencionados se encontraban muy decepcionados, heridos en su orgullo político además, porque en la posición número uno de la primera circunscripción, o sea, quien seguro se convertirá en diputado federal, aparece el General Benito Molina Herrera en calidad de representante de Baja California.

Ciertamente del General aseguran que nació en Mexicali, pero no tiene residencia en la región, ni arraigo con la sociedad, mucho menos participación política en el PRI del Estado. La realidad es que la posición se la entregó el PRI a los líderes del Ejército Mexicano, y el General Medina fue el seleccionado. El problema es que después de la derrota de Mendívil en 2016, su traición a Fernando Castro Trenti, su nueva cercanía con Jorge Hank, el ex diputado local y ex dirigente del partido ya se veía en el número uno de la lista… pero nada.


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Del resto de los bajacalifornianos que fueron incluidos, aun cuando con muy pocas probabilidades de llegar a ocupar un escaño en la Cámara de Diputados, poco saben los partidarios del PRI. Aunque todos pertenecen a la región, nacieron aquí, y tienen desarrollo en distintos sectores al político partidista, ninguno es del círculo tricolor que hace el trabajo del día en el partido. Por supuesto, tampoco son del círculo de Enrique Acosta, ni pertenecen al de René Mendívil.

De ahí que el día de la súper fiesta de Landeros Hijar, los dos priistas se desahogaran con el de izquierda. A Jesús Alejandro primero se le acercó Mendívil y después Acosta, le platicaron lo “dolidos” que estaban y coincidieron en la ventaja de López Obrador, y ya entrados al calor de la fiesta, los tricolores pidieron tomarse una foto con el de Morena. De hecho, muy envalentonados por el desprecio de la cúpula priista hacia los bajacalifornianos, pidieron que la foto se subiera a redes sociales, que es de suponer, querían enviar un mensaje.

Aunque se aferraban en poner “Primor”, por aquello de unir las siglas del PRI con las primeras tres letras de Morena, el que tomó la foto con su teléfono celular decidió el encabezado de la foto, del cual, por cierto, ninguno de los dos priistas se quejó: “Para el cambio todos cabemos AMLO 18”, fue la inscripción que ha llevado tanto a Mendívil como a Acosta, a recibir toda clase de improperios vía celular y redes sociales, y muchas felicitaciones, no está por demás decirlo.

La foto de los del PRI apoyando a AMLO no se tomó como broma en el partido. Les alarma la traición que pudiera avecinarse. Después de todo, tanto Mendívil como Acosta traicionaron a Castro Trenti, les impusieron a David Ruvalcaba en la dirigencia estatal del partido, se integraron al equipo de Hank Rhon y les impusieron al candidato al Senado de la República, Alejandro Arregui; al coordinador de la campaña nacional, Carlos Barboza; y les quitaron la candidatura plurinominal número uno de la lista de la primera circunscripción. Digo, elementos para sospechar una división los hay de sobra, especialmente cuando corriendo en el Hipódromo, son más ninguneados que cuando apoyaban al embajador.

La foto ahí está, el de izquierda salió ganando. A todos convence del pronosticado triunfo del candidato de Morena a la Presidencia de la República, y de paso deja ver las fracturas internas en el tricolor… todo con una imagen que le pidieron y se dejó tomar.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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