Sudán, el último rinoceronte blanco del norte macho (ceratotherium simum, especie en peligro de extinción) que quedaba vivo en el mundo, falleció ayer lunes, a los 45 años de edad, en la reserva natural de Ol Pejeta, en Kenia, donde vivía desde el 2009.
El mamífero se había recuperado con éxito a finales del año pasado de una infección en su pata derecha derivada de su avanzada edad, sin embargo, durante estos últimos meses su estado de salud había recaído.
“Sudán estaba siendo tratado por complicaciones relacionadas con la edad que condujeron a cambios degenerativos en los músculos y los huesos combinados con extensas heridas cutáneas. Su estado empeoró significativamente en las últimas 24 horas; fue incapaz de ponerse de pie y estaba sufriendo mucho”, por lo que los veterinarios aplicaron la eutanasia, según lo explicó la reserva en su cuenta de la red social Twitter.
“Además, su material genético fue recolectado ayer y provee una esperanza para futuros intentos de reproducción de rinocerontes blancos del norte a través de tecnologías celulares avanzadas”, señalo Ol Pejeta en otro tuit.
De la especie sólo quedan dos hembras vivas, su hija Najin y su hija Fatu, que también viven en Ol Pejeta, sin embargo, Sudán era demasiado viejo para aparearse, por lo que la única esperanza para mantener con vida era la especie es la fecundación artificial, algo que nunca se intentó con rinocerontes.
Sudán fue objeto de una campaña lanzada en la red social Tinder, por los encargados de Ol Pejeta. para conseguir los nueve millones de dólares necesarios para desarrollar las técnicas de fertilización asistida válida para dichos animales.
“Soy único. Soy el último rinoceronte blanco macho en el planeta Tierra. No quiero parecer un aprovechado, pero el destino de mi especie depende, literalmente, de mí. Actúo bien bajo presión. Mido 1,82 metros y peso 2.267 kilos, por si esto importa”, se describía en su perfil de Tinder.
La caza furtiva de estos mamíferos ha contribuido a su extinción, ya que sus cuernos se pagan a precios superiores al oro en el mercado asiático, debido a sus supuestas propiedades curativas y afrodisíacas, por lo que para su protección, Sudán estaba custodiado las 24 horas del día por guardias armados.
El rinoceronte blanco puede llegar a medir más de cuatro metros de longitud y hasta 1.85 metros de altura. Al igual que los rinocerontes negros, los blancos viven en la sabana africana. La subespecie del norte está declarada en peligro crítico de extinción.
La situación de la del sur, sin embargo, ha mejorado tras años de protección y reubicaciones, además de que la mayor parte de sus ejemplares se encuentran en Sudáfrica.
Según el Servicio de Protección de la Vida Salvaje de Kenya (KWS, por sus siglas en inglés), la población mundial de rinocerontes blancos del norte se situaba en cerca de los 2 mil ejemplares en 1960, pero se redujo a solamente 3 individuos -antes de la muerte de Sudán- debido a la caza furtiva y la pérdida del hábitat.
