Mérida, Yucatán.- Dos títulos recién editados llevaba Javier Valdez Cárdenas a la VI Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) el 17 de marzo de 2017: “Malayerba” (Jus, reedición 2016) y “Narcoperiodismo” (Aguilar, 2016), mismos que comentó en esa ocasión el periodista, profesor y su amigo Alejandro Pulido. Pero en la séptima edición de la FILEY, de 2018, Javier Valdez fue el gran ausente en el acontecimiento literario yucateco. Las balas del crimen organizado y la impunidad acabaron con su vida el 15 de mayo de 2017.
Justo diez meses después, el sábado 17 de marzo de 2018, su esposa Griselda Triana acudió a la FILEY para encabezar un homenaje a su esposo que le rindió la FILEY y la Jornada Maya, con la participación de autores de ese medio como Paul Antoine Matos, Blanche Petrich y Tania Medina.
Durante el homenaje a Javier, su esposa Griselda lamentó que incluso ahora ella y su familia son “como esos personajes sobre los que él escribió” en títulos como “Levantones” (Aguilar, 2012); “Con una granada en la boca” (Aguilar, 2014); “Los morros del narco” (Grijalbo, 2015); “Huérfanos del narco” (Aguilar, 2015); “Narcoperiodismo” (Aguilar, 2016), “Malayerba” (Jus, 2016) y “Periodismo escrito con sangre” (Aguilar, 2017).
“12 balas acabaron con la vida de Javier, pero también con la nuestra, él fue la víctima directa y nosotros su familia indirectas; y es que somos un país de víctimas, y nosotros no lo decidimos, nosotros nunca pretendimos serlo; es difícil reconocerlo, es difícil aceptar, que tanto Javier como nosotros ahora somos como esos personajes sobre los que él escribió; porque Javier vivió y sufrió en las historias que dejó en cada uno de sus libros, porque hizo suyas las tragedias de las madres y mujeres que buscan a sus hijos y a sus esposos y a sus hermanos en fosas clandestinas, de las familias desplazadas de sus lugares de origen por la violencia, de las viudas y de los huérfanos. A Javier le dolía profundamente cada vez que un periodista era asesinado porque sabía que quizás él podía ser el siguiente, como así fue”.
Griselda recordó que algunas personas le comentan que no espere justicia en este país pero que “una no se puede resignar” al asesinato del esposo:
“Nos dicen, porque hay personas de repente y yo sé que muchas personas tienen razón, que no esperemos justicia, porque es una utopía sobre todo si se trata de los crímenes de periodistas, porque más del 90 por ciento, 99 por ciento de los asesinatos de periodistas están impunes; entonces, bueno, las estadísticas no mienten porque son datos duros y esos no los puedes cambiar, pero una no puede resignarse, una tiene que mantener esperanza de que no va a ser un crimen más sin resolver, como yo creo también es el sentimiento de las familias de otras personas asesinadas, y no me refiero únicamente de periodistas asesinados sino de médicos, enfermeras, mujeres que las matan por el simple hecho de ser mujeres, cuántas mujeres asesinadas tenemos en este país”.
Durante la ceremonia de evocación a su esposo en la Sala Raúl Renán del Salón Uxmal del Centro de Convenciones Siglo XXI, Griselda también exigió justicia para la larga lista de periodistas asesinados en los últimos años: “Es muy importante para mí y para nuestra familia exigir justicia: justicia para Javier y justicia para Miroslava, y justicia para Regina, y justicia para Rubén y para cada periodista asesinado en lo que va en este sexenio”.
Asimismo, Griselda Triana cuestionó cómo se imparte justicia en México: “¿Por qué razón han sido incapaces las autoridades, tanto la Fiscalía del Estado de Sinaloa como la de la PGR de dar con los responsables?, me refiero a los asesinos materiales como intelectuales (de Javier Valdez). ¿Por qué los trabajos de inteligencia no han funcionado como sí ocurrió recientemente con quienes asesinaron (el 15 de febrero) a los agentes de la SEIDO en Nayarit?, por ejemplo, y qué bueno por las familias, pero ¿por qué unos sí y para otros no? ¿Por qué no nos permiten a las familias de las víctimas inocentes de este país conocer el significado de la palabra justicia?”.
Finalmente, sentenció Griselda Triana en el homenaje a su esposo: “Desde luego, que a Javier lo mataron por hacer su trabajo y eso Javier siempre nos lo dijo: ‘Si a mí un día me pasa algo, va a ser por mi trabajo’; entonces, siento que es infernal la tibieza de las autoridades estatales como federales para aclarar su crimen y si hay algo que ellos estén haciendo por impedir conocer las razones por la cuales mataron a Javier pues también están siendo cómplices; yo lo único que les pido es: No dejemos solos a nuestros periodistas, no seamos indiferentes porque lo que les ocurre a ellos, también nos ocurre a nosotros”.
Griselda Triana, esposa del periodista
