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martes, octubre 8, 2024
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El new deale de AMLO (Segunda parte)

México, como buena parte del mundo que adoptó radicalmente la política económica del neoliberalismo, hoy se encuentra en crisis política y social, como consecuencia de la precarización salarial instrumentada para beneficiar la libre circulación de las empresas globales y la maximización de sus ganancias; la aniquilación o debilitamiento del estado de bienestar para darle espacio a los negocios privados de salud, educación y pensiones; la corrupción desatada a partir de concesionar sin controles ni regulación suficiente, las riquezas nacionales y los servicios públicos del Estado; así como la renuncia de los gobiernos a fungir como árbitros imparciales de las relaciones económicas entre los distintos elementos de la sociedad, para convertirse, en verdaderas mayordomías de una clase empresarial global y oligopólica.

En México, el diagnóstico se agrava porque el cambio de política económica se instrumentó sin “glasnost” de por medio, intentando controlar y manipular la fuerza social que demandaba cambio democrático, creando instituciones democráticas, pero sin soltar jamás el control último de las mismas. Para blindar al modelo económico neoliberal, se generó el PRIAN, la unión política entre los partidos políticos del neoliberalismo mexicano; el PRIAN inició concertando triunfos electorales del PAN a cambio de aprobar las reformas económicas y políticas del salinismo. Para generar números en las cámaras y poder territorial suficiente para el avance de la agenda neoliberal, llegaron al extremo de organizar y ejecutar desafueros conjuntamente; perpetrar fraudes electorales presidenciales, generar un pacto de impunidad que dio pie a una nueva clase política cleptócrata y desideologizada. Con el tiempo, el partido que ha enfrentado heroicamente al prianismo, cedió justo cuando en las cámaras se pactó una reforma política que enriqueció a los partidos políticos y a sus burocracias, ya que las enormes cantidades de dinero permitieron a la burocracia enana perredista, competir el liderazgo del sol azteca a su líder natural, Andrés Manuel López Obrador. Aun así, requirieron del apoyo del gobierno de Calderón y de un fraude electoral, para expulsar a AMLO de la dirección del partido. En 2012, el tabasqueño fue candidato solo gracias a que Marcelo Ebrard no aceptó ser el traidor que dividiera a la izquierda, pero la cama estaba puesta para aniquilar políticamente al referente político más importante de la oposición anti neoliberal. El resultado más apretado de lo que se esperaba y en las peores condiciones de competencia, refrendó la vocación de cambio de una sociedad ansiosa de que México abandone el subdesarrollo político, económico y estructural.

Andrés Manuel está liderando todas las encuestas, lo hacía para estas fechas también en el 2006, pero en aquel año. La economía iba mejor, la cleptocracia todavía no tomaba forma, no se sentían con tanto rigor las consecuencias negativas del neoliberalismo y lo más importante para efectos políticos, el sistema de partidos que le dio vida a la simulación democrática, y el fraude electoral contaba con el beneficio de la duda de una sociedad generosa. Hoy, el sentimiento anticorrupción es irrefrenable, los cuestionamientos respecto de los resultados del neoliberalismo se multiplican profusamente, incluso entre los integrantes de las oligarquías nacionales y locales. El miedo a López Obrador se desvaneció en la misma proporción que lo hizo la legitimidad del régimen.

Por eso, ante las muy grandes posibilidades de que dentro de unos cuantos meses gane ya saben quién, vale la pena que nos hagamos algunas preguntas: ¿AMLO sostiene las mismas posiciones de 2006 respecto al rumbo que debe tomar la economía? ¿Ofrece una glasnost o un regreso al sistema autoritario tradicional del priismo sesentero? ¿Cómo están alineadas sus posiciones respecto a lo que pasa en la economía mundial? ¿Cómo afectarán estas propuestas a los diferentes agentes económicos del país? A estas y otras preguntas intentaremos dar respuesta en la tercera y última paste de esta saga.

 

Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

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Autor(a)

Redacción Zeta
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