Jacob Gedleyihlekisa Zuma dimitió este miércoles como presidente de Sudáfrica, cargo en el que permaneció desde el año 2009.
En el marco de su discurso dirigido a la nación, Zuma anunció que renunciaba como presidente de la República “con efecto inmediato”.
Esto después de una serie de escándalos de corrupción que lo llevaron a perder el apoyo del partido gobernante del país: el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés).
“Aunque no estoy de acuerdo con la decisión del liderazgo de mi organización, siempre he sido un miembro disciplinado del ANC”, indicó Zuma.
“He servido al pueblo de Sudáfrica lo mejor que he podido. Estoy eternamente agradecido de que hayan confiado en mí con el cargo más importante en la Tierra, pero cuando lo acepté, comprendí, y me comprometí, a someterme a la ley suprema de la Tierra: la Constitución”, dijo Zuma en su discurso.
El 13 de febrero no pasado, el partido gobernante de Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano, le dio 48 horas a Jacob Zuma para que renunciara a su cargo, o de lo contrario, sería destituido.
Según la cadena CNN, Zuma, de 75 años de edad, sobrevivió a múltiples intentos de los partidos de la oposición para expulsarlo durante sus más de ocho años en el poder, lo que le valió el apodo de “presidente del Teflón”.
El ANC llevaba varios meses tratando de expulsarlo. En diciembre, lo sacó de la presidencia del partido y eligió por una estrecha diferencia a Cyril Ramaphosa, un exlíder sindical, sobre el sucesor preferido de Zuma, su exesposa, Nkosazana Dlamini-Zuma.
En un comunicado sobre la renuncia de Zuma, el ANC indicó que espera que todos sus miembros en el Parlamento “voten por Cyril Ramaphosa como el candidato que el ANC nominará para presidente, cuando el Parlamento se reúna para elegir a un presidente de la República.
El Congreso Nacional Africano es el hegemónico partido del poder en Sudáfrica desde el fin del apartheid en 1994, cuando fue liderado por el también ex presidente Nelson Mandela.