Hay desastres naturales y otros provocados.
En los últimos meses, miles de mexicanos han sufrido grandes desgracias de todo tipo, los temblores que lastimaron a tantas familias, arrebatándoles a sus seres queridos y acabando con sus patrimonios. En muchos casos, los directamente culpables resultaron ser las autoridades que no supieron estar vigilantes de los famosos desarrolladores, antiguamente llamados constructores. Estos y los dueños, con una voracidad insaciable, mal edificaron sin respetar reglas mínimas de edificación.
El derrumbe de más de un centenar de casas, la desaparición de sus terrenos, en Cumbres del Rubí no tenía ninguna razón para que sucediera. Quienes hemos sido testigos del desarrollo de esa zona, sabemos que se trata de suelo firme que no tuvo movimientos de tierra para convertir los cerros en terrenos y edificar como está sucediendo en la entrada de Playas de Tijuana. Algunos amigos construyeron sus casas, incluyendo terrazas, para contemplar los atardeceres e incluso ver el mar. Se sentían orgullosos de que sus esfuerzos de años fructificaran en una propiedad que aseguraba la vida de su familia y la de ellos.
Pueden estar seguros de que cada jefe o jefa de familia asentada en Cumbres del Rubí tiene una historia de trabajo, ahorro, esfuerzo. La fueron escribiendo a través de los años que les requirió cumplir con sus sueños. Todas esas familias, día a día afrontaban los peligros surgidos del aumento de la delincuencia. Pero ahí estaban, pendientes de sus seres queridos, atendiéndolos en sus necesidades, con la seguridad de contar con un hogar que habían construido. ¿Cómo iban a imaginar que voraces inversionistas rebanarían el cerro en el que estaban sus hogares y éstos se derrumbarían?
El dolor por cada una de esas familias que perdieron todo, es tan inmenso, tan solo con ponernos en su lugar. ¿Perder todo el patrimonio por culpa de otros? ¿Quedarse sin nada por la ambición de los que convierten los cerros en terrenos planos, sin respetar a los que viven a su alrededor? Deben pagar. Que no haya influencia que los exima de costear puntualmente a quien dañaron, a quienes les arrebataron su patrimonio. Mientras tanto, acerquémonos a los grupos ciudadanos que de inmediato respondieron a la tragedia, dando ayuda a los damnificados. Hoy por ellos…
Nota 1.- Cuando constatamos las millonarias sumas de dinero que se están tirando al caño para hacer campaña que nada nuevo nos aporta, como que dan ganas de que las elecciones sean más sencillas y sin dispendios exagerados.
Nota 2.- Hace pocas semanas, en un programa radiofónico (XEC), Mariano Gallegos entrevistaba al arquitecto Héctor Osuna Jaime, quien fuera alcalde (y muy eficiente) de Tijuana; decía que tarde o temprano los movimientos de tierra causarían problemas.
Nota 3.- Las autoridades deberían escuchar a Antonio Rosquillas Navarro, director Estatal de Protección Civil. Su experiencia, capacidad y honradez, lo hacen una de las personas más confiables en su ramo. Tiene años advirtiendo sobre el desenfrenado movimiento de tierra que realizan los “desarrolladores”.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.gob
