Una “asamblea” de Morena y sus partidos aliados en Tijuana, sirvió para la oferta de promesas a miles de congregados; ofrecimientos dirigidos a construir un país de primer mundo. De “Kiko” Vega, Obrador evitó mencionarlo, desairando a los ciudadanos que le pedían pronunciarse contra su corrupción, sus negocios y el agua
En su primera visita a Baja California, oficialmente como precandidato, Andrés Manuel López Obrador tuvo una agenda enclenque. No permitió reuniones privadas, no dio entrevistas a medios de comunicación, como tampoco se reunió con su equipo ni con sus candidatos. Únicamente una sola aparición en su visita.
Obrador llegó de Sinaloa a Tijuana, el martes 30 de enero, contrario a su costumbre, puntual. A las seis de la tarde arribó al estacionamiento de la Casa Morena, en Zona Río, donde lo esperaban miles de personas, cantidad que no se compara con las reunidas en los eventos de otros precandidatos políticos. El poder de convocatoria sigue siendo por mucho superior a los de sus adversarios.
Como Moisés al Mar Rojo, en el antiguo testamento bíblico -guardando la proporción, claro, y modificando la parábola- Obrador dividió en dos al denso público del martes, amontonado frente al escenario. Así pudo pasar, bueno, ayudado por un largo camino de vallas metálicas que permitieron su paso al lado de sus simpatizantes.
En esa travesía, de su camioneta al templete -por cierto, levantado con buena producción-don Abel Gómez Cano, un tabasqueño residente de Ensenada, le obsequió una chamarra a Obrador; días antes la había mandado bordar con letras blancas en el pecho: “Andrés Manuelovich 2018”, haciendo sátira a la versión de que el abanderado recibe el apoyo ruso, tal como lo sostuvieron sus contrincantes políticos. López Obrador no se la quitó durante la reunión.
En el escenario ya lo esperaban las figuras más emblemáticas de Morena y sus partidos aliados en el Estado, Alfredo Ferreiro, ex alcalde priista de Tecate, ex diputado por el Panal y actualmente legislador federal por el Partido Encuentro Social. De igual forma, el dirigente del PT en el Estado, Julio César Vázquez, “prestanombres” en el mando del partido de Armando Reyes.
Además, caras insospechables: el abogado Guillermo Ruiz Hernández, quien se incorporó al equipo del presidenciable; el empresario Jorge Kuri; el ex secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Jorge Hank, Javier Algorri; y la esposa de Jorge Astiazarán Orcí, Elia Manjarrez.
En el caso de la ex primera dama, se le reconoció, frente a Andrés Manuel y al micrófono, su presencia; ella atravesó el escenario para saludarlo y él, con abrazo, beso y sonrisa, le devolvió el gesto frente a las miles de personas.
No habría espacio en estas hojas para nombrar a todos los ahí presentes; regidores de Morena, ex priistas, diputados locales, dirigentes municipales, futuros candidatos, delegados del partido, entre muchos más.
Sin mucho más, AMLO tomó el micrófono y no lo soltó durante 50 minutos, aproximadamente.
Una por una…
Obrador ofreció un país hasta hoy desconocido, un México sin hambre, corrupción (no aminorarla, aclaró, sino “desterrarla” del país), violencia, desempleo, migración; un gobierno sin lujos, con un campo vigoroso; campesino, soldados, maestros y enfermeras con mejores sueldos; menos impuestos, sin delincuencia, mejor educación, industria, ecología; combustibles más baratos. Hasta reducir los grandes sueldos de los ministros de la Suprema Corte, que no está por demás decirlo, no depende del titular del Poder Ejecutivo.
Obrador empezó diciendo que él tiene “autoridad moral” y por ello también “autoridad política” para llevar a cabo los cambios necesarios. Por ejemplo, prometió:
- “Acabar con la corrupción… la meta es cero corrupción y cero impunidad”.
- “Levantar la imagen de nuestro querido México” en el extranjero, en donde se le reconoce por la violencia y la corrupción.
- Recuperar un billón de pesos al año de lo que se va en corrupción.
- Programa de austeridad republicano.
- Acabar con los privilegios en el gobierno: “se va a cortar el copete que hay en el gobierno”, dijo.
- No habrá sueldos “de 600 mil pesos mensuales que es lo que gana un ministro de la corte”, que están al servicio de “la mafia del poder”.
- Bajar los sueldos de los de arriba.
- Subir sueldos de los de abajo: maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados, burócratas.
- “Aumentar el jornal de los campesinos”.
- Acabar con las “fantocherías, prepotencia y la panfletaría del poder”.
- Cancelar las pensiones que se entregan a los ex presidentes, que aseguró, son de cinco millones de pesos a cada uno.
- “No se van a utilizar aviones ni helicópteros privados” en su gobierno.
- “No me voy a subir al avión que compró Peña Nieto”.
- “Vamos a vender toda la flotilla que tiene el gobierno” que, dijo, está formada por 54 yets, modernos y 118 helicópteros.
- “Todas las partidas que tienen que ver con gastos superfluos se van a eliminar”.
- “Ya no va haber atención médica privada a los altos funcionarios… ya no se van a seguir haciendo la cirugía plástica, estirándose la cara a costillas del erario”.
- “Financiar el desarrollo del país”.
- No aumentar impuestos.
- No endeudar a México.
- En la frontera bajará el IVA del 16 al 8%.
- “Disminuir el Impuesto Sobre la Renta de 40 al 20 por ciento”.
- Crear una “zona libre o franca” en la frontera.
- Homologar con Estados Unidos, “el costo de los energéticos y la luz eléctrica”.
- “Apoyar las actividades productivas en el país”.
- “Echar andar la economía, el desarrollo, en todas las regiones del México”.
- “Impulsar el turismo en Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas”.
- “Vamos a sembrar un millón de árboles frutales maderables en el Sur y sureste del país”.
- “Con ese programa se van a crear 400 mil y se van a pagar buenos jornales”.
- “Cambiar la política agropecuaria”; producir “en México todo lo que consumimos”.
- “Se va a fortalecer el mercado interno”.
- “Vamos a construir dos grandes refinerías”, una en Campeche, otra en Tabasco.
- “Vamos a producir la gasolina, el diésel, todos los combustibles”.
- “Desarrollar toda la región de istmo de Tehuantepec”.
- “Vamos a impulsar las actividades productivas del campo”.
- “Vamos impulsar la industria”.
- “Vamos a crear empleados”.
- “El mexicano trabaje donde nació… el que quiera venirse a trabajar al norte que lo haga por gusto, pero no por necesidad”.
- “Trabajo para todos los mexicanos… ya no van a ir a trabajar a Estados Unidos”.
- “Vamos a garantizar a todos los jóvenes el derecho al estudio y el derecho al trabajo”.
- “Todos los jóvenes van a tener su beca mensual” en la preparatoria y universidad de dos mil 400 pesos mensuales.
- “Todos los jóvenes van a tener trabajo, se les va a contratar como aprendices”.
- Los jóvenes “van a estar capacitándose” con un sueldo mínimos tres mil 600 pesos.
- “Ya no va a ver los llamados ninis”.
- “Llegando se va a cancelar la mal llamada Reforma Educativa”.
- Un plan educativo.
- No se va a privatizar el ISSSTE ni el IMSS, “ya se terminan las privatizaciones”.
- “Va a cambiar la política económica” por un “verdadero estado de bienestar”.
- “Se va a proteger al mexicano desde que nace hasta que muere”.
- “Aumentar al doble las pensiones a los adultos mayores”: la mitad de un salario mínimo diario para todos los adultos mayores.
Obrador aseguró: “todo esto es lo que vengo a refrendar ante ustedes, estos son los compromisos básicos… tengan confianza, no les voy a fallar, no voy a traicionar al pueblo”.
Pese a los gritos e interrupciones a lo largo de su discurso sobre el gobernador Francisco Vega, sus negocios y el agua, Obrador no fijó un posicionamiento: “ahora te contesto, ahora te contesto, pérate, serénate, tranquilízate…”, fue su respuesta.