México fue de los países que otorgó tempranamente el voto a la mujer, en 1947, aunque de manera limitada a las elecciones municipales.
La noticia se dio a conocer hace 79 años, en el Diario Oficial, el miércoles 12 de febrero de 1947, con estas palabras:
“En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”.
La lucha de las mujeres para obtener el voto ha sido toda una gran hazaña, perseguidas, encarceladas, rechazadas e incomprendidas por una sociedad machista que consideraba a las mujeres únicamente útiles para procrear hijos y las labores del hogar. Ya México lo había aprobado en la época del general Cárdenas, aceptada la reforma constitucional en las cámaras y en los congresos locales; pero, ¿qué creen?, argumentaron los que estaban en contra que la reforma no debería aprobarse y de manera ilegal nunca fue declarada reforma constitucional, que porque las mujeres iban a ser influenciadas por los sacerdotes. ¡Qué gran estupidez!, pero eso sucedió.
Ha habido tantos errores y atropellos en la larga lucha de la mujer para obtener la igualdad ante el hombre, que nos debería llenar de vergüenza. Hace poco propuse que las reformas constitucionales deberían aprobarse por referéndum, es decir, por el voto de los ciudadanos, ¿pero qué creen? En Suiza, el país dizque democrático por excelencia, cuna de la democracia participativa y patria del gran teórico de la libertad, Rousseau, cada vez que se presentaba a referéndum la iniciativa para darle el voto a la mujer, era rechazada, hasta que en 1971 por fin se a aprobó. Los argumentos fueron retrógrados, entre otros que el cerebro de la mujer era más chico y menos inteligente. ¡Tonterías!
El país que primeramente otorgó el voto a la mujer fue Nueva Zelanda, en 1893, y luego Australia, en 1912, aunque solo para mujeres blancas, los aborígenes estaban excluidos. En Europa, el primer país que se puso a la vanguardia fue Finlandia, en 1906. En EUA fue en 1920, pero las mujeres negras lo consiguieron hasta 1967. En España fue en 1931, pero ejercido hasta las elecciones de 1933. Uruguay fue el primer país latinoamericano en hacerlo, en 1918, aunque se efectúo hasta 1926. Francia, el país de la revolución igualitaria, lo haría hasta 1944. Arabia Saudita recién lo permitió en 2015, pero solo para elecciones locales. México lo hizo en 1947 para elecciones municipales, y en 1953, en las federales.
La evolución de la lucha por la igualdad de la mujer en todos los ámbitos ha sido muy lenta. Hasta la fecha, solo seis mujeres han sido gobernadoras, constitucional o interinas, pero salvo Rosario Robles, que lo fue del entonces D.F., y Claudia Pavlovich, que lo es actualmente de Sonora, todas las demás lo fueron de estados pequeños, como Colima, Yucatán y Tlaxcala. La primera senadora, primera presidente del Senado y luego primera ministra de la Suprema Corte de Justicia, fue doña María Lavalle Urbina, campechana, madrina y tutora de Jorge Carpizo, quien también fue mi maestro y tutor.
El primero que empezó con la cuota de género en las candidaturas fue el PRD, quien en sus estatutos establecía que ningún género debería tener más del 70% de las candidaturas. Más tarde, el PRI copia la misma fórmula, pero aumenta 40% para las mujeres. La reforma Constitucional de 2011 fue la que estableció la igualdad de género. Pero de inmediato empezaron las marrulladas o bien mandaban a una mujer de candidato con suplente hombre y al triunfo la hacían renunciar y subía el hombre. Después se le otorgaban los distritos o municipios perdidos o los insignificantes, hasta que el INE, por un lado, y el Tribunal Electoral, por otro, establecieron criterios; ahora las suplentes de mujeres deben ser mujeres. Se les deben garantizar que los municipios importantes, la mitad sean para las mujeres.
Aún hay trampas, se les dan las candidaturas a mujeres, primas, esposas o amantes de políticos hombres, quienes en la sombra mantienen el poder. En la administración pública aún participan pocas mujeres. México sigue siendo un país de machos, gobernado en su mayoría por hombres, pero vamos en el camino correcto y alcanzar pronto la plena igualdad política, social y económica. Ahora la problemática es otra, principalmente la violencia de género. Actualmente es mayor el número de mujeres votantes en México, 52%. Ellas seguro harán la enorme gran diferencia en el futuro del país.
Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo:amador_rodriguezlozano@yahoo.com