Como se esperaba, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió incrementar la tasa de referencia y aceptó que la inflación no llegará a su meta en 2018 sino hasta el primer trimestre de 2019. Asimismo, mantuvo un sesgo a la alza, asociado a varios riesgos y entorno de incertidumbre.
El aumento a la tasa de interés repercutirá en los bolsillos de los mexicanos, pues se esperan incrementos en los costos de créditos hipotecarios, automotrices, y en los intereses que cobran en las tarjetas de crédito.
La decisión de aumentar la tasa de referencia a 7.50 por ciento fue unánime y es el nivel más alto desde enero de 2009, cuando subió a 7.75 por ciento.
Ciudad de México, 9 de febrero (SinEmbargo).– Como se esperaba, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió incrementar la tasa de referencia, lo que provocará un incremento en los costos de créditos hipotecarios, automotrices, y en los intereses que cobran en las tarjetas de crédito.
Ayer, Banxico elevó 25 puntos base su tasa de interés para ubicarla en 7.50 por ciento desde un previo de 7.25 por ciento, el nivel más alto desde enero de 2009, cuando subió a 7.75 por ciento.
La decisión de aumentar la tasa de referencia fue unánime y es la segunda consecutiva en la que se registra un aumento.
Una herramienta importante que tiene el Banco Central para controlar el crecimiento de dinero y por lo tanto a la inflación, es la tasa de interés. El mecanismo funciona de la siguiente forma: una mayor tasa de interés reduce la demanda agregada desincentivando la inversión y el consumo, aumentando el ahorro de las personas; de esta manera se limita la cantidad de dinero disponible en la economía, con lo que el nivel de precios disminuye.
Lo contrario sucede cuando disminuye la tasa de interés; ahora las personas se ven incentivadas a invertir y consumir, ya que tener el dinero en los bancos no es la mejor opción, por lo que la cantidad disponible en la economía se ve incrementada, lo que hace que el nivel de precios aumente, según explica Banxico.
De acuerdo con un análisis del CI Banco, la intención del alza de tasas es dar confianza de que la autoridad monetaria perseguirá el control sobre la inflación, hasta regresarla a su meta, anclando en lo posible las expectativas de inflación en el mediano plazo.
En la segunda reunión de política monetaria presidida por Alejandro Díaz de León, los miembros de la Junta de Gobierno adelantaron que la economía mexicana seguirá enfrentando un panorama complejo, por lo que se debe impulsar, dijeron, la implementación eficiente de las reformas estructurales, la adopción de medidas que propicien una mayor productividad, y que las autoridades correspondientes perseveren en una consolidación sostenible de las finanzas públicas.
El Banco de México también aceptó que la inflación no llegará a su meta en 2018, sino hasta el primer trimestre de 2019. Asimismo, los miembros de la Junta mantuvieron un sesgo a la alza, asociado a varios riesgos y entorno de incertidumbre.
Los riesgos que podrían elevar la inflación son una depreciación de la moneda nacional en respuesta, entre otros factores, a una evolución desfavorable del proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), episodios de choques en los precios de los bienes agropecuarios o que se presenten presiones al alza en los precios de algunos energéticos.
La expectativa de la mayoría de los bancos es que Banxico conserve su tasa de interés en su nivel actual de 7.5 por ciento, aunque los riesgos se inclinan al alza.
Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que la inflación general de México se desaceleró a 0.53 por ciento en el mes de enero, y a 5.55 por ciento en su comparación anual.
El dato fue menor al registrado en diciembre, cuando llegó a un nivel de 6.77 por ciento. En el mismo periodo de 2017 los datos fueron de 1.70 por ciento mensual y de 4.72 por ciento anual.
Desde enero de 2017, la inflación ha rebasado el objetivo del Banco de México (Banxico), que es de 3 +/- 1 punto porcentual.
La decisión del Banco de México de elevar la tasa de interés no está en sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos, la cual mantuvo sin cambios las tasas de interés de referencia, entre el 1.25 y el 1.5 por ciento.