18 puntos de ventaja, insistía Gema-Isa. La encuesta había publicado un seguimiento diario en el periódico de moda, ese dato presentaba al candidato priista como seguro ganador de la contienda presidencial. El problema es que en la sociedad se respiraba otra realidad. Las calles estaban tomadas por los jóvenes. Los mítines de Andrés Manuel López Obrador estaban repletos de gente y entusiasmo, y la discusión en los cafés, mesas familiares y redes sociales era candente. Otro indicador importante que parecía contradecir los datos publicados era que los ataques desde el PRI al tabasqueño habían arreciado notablemente, pero la gran mayoría de las casas encuestadoras insistían en que la contienda era de uno.
Hoy sabemos, por la pluma del director de la empresa encuestadora, que utilizaba internamente la campaña priista de 2012, Gabinete de Comunicación Estratégica que dos semanas antes del día de la elección, estaba empatada y que aquellas encuestas que publicaban ventajas del mexiquense de 9, 10, 15, 18 puntos, eran meros actos de propaganda que pretendían influir sobre los votantes indecisos, alquilando el prestigio de las empresas encuestadoras y los periódicos y televisoras que las publicaban. La danza de los millones fue brutal. Al final, la elección la ganó EPN por 5 puntos porcentuales, de los cuales, una buena parte se obtuvieron comprando masivamente votos por todo el país, pues al día siguiente de la jornada electoral, las líneas para comprar despensa en los supermercados nacionales eran kilométricas, integradas por “ciudadanos” que acudían portando una tarjeta monedero tricolor, respaldada por una empresa bancaria que se les había entregado días antes de la elección.
Vale la pena hacer este recuento porque la guerra de encuestas se ha desatado y comenzó con la que publicó el periódico El Universal, levanta por la casa encuestadora Buendía y Laredo, misma que trabaja a su vez para el Partido Acción Nacional. En este ejercicio demoscópico, AMLO obtiene una ventaja de 6 puntos sobre su más cercano contendiente, el panista Ricardo Anaya; y de 16 respecto del priista José Antonio Meade. El dato no es menor, pues al inicio de las precampañas, la discusión pública respecto del tema se centraba en quién ocupaba el segundo lugar de las preferencias, y como consecuencia, quién tendría la oportunidad de polarizar con AMLO, partiendo del supuesto de que el electorado panista y priista es uno solo y de vocación anti obradorista.
Partiendo de la base de desconfianza que generan en mí, toda encuesta que se publica, y de la desconfianza que se desprende del evidente conflicto de interés que la empresa encuestadora tiene. Este censo es parte de una saga que se expone mensualmente, levantada siempre por la misma casa encuestadora. Por esta razón, tiene que analizarse tomando como punto de partida la realizada en diciembre. Aquí los datos: en la encuesta de Buendía y Laredo y El Universal de aquel mes, levantada solo con los logos de los partidos coligados y los precandidatos independientes. La coalición encabezada por el PAN obtuvo 27 puntos, misma cantidad obtenida por la dirigida por Morena, y la coalición priista, 19 puntos. Para la encuesta de enero, que registra el saldo de las precampañas, la coalición del PAN, ya con Ricardo Anaya como candidato, obtuvo 26 puntos de intención del voto; mientras que la coalición encabezada por Morena, ya con Andrés Manuel como candidato, creció de 27 a 32 puntos; y la alianza dirigida por el PRI decreció de 19 a 16 puntos.
Con estos datos podemos afirmar que la celebración que de esta encuesta hacen en el Búnker azul, afirmando que AMLO se estanca y Anaya se acerca, es mera propaganda. En realidad, Anaya se estanca, AMLO sigue creciendo, aún en las encuestas de sus contrincantes; y el PRI se hunde, producto de su desatino de lanzar una campaña sucia en contra del tabasqueño. Pero por otro lado, según la encuesta, en los escenarios de polarización, AMLO aumenta su ventaja en cualquier caso. El Prian, en su versión electoral, ha terminado, y la estrategia de inclusión amlista parece haber funcionado.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com