Si hoy fueran los comicios presidenciales, Andrés Manuel López Obrador, precandidato de la coalición “Juntos haremos historia” resultaría ganador. En segundo lugar se ubica Ricardo Anaya, abanderado de “Por México al Frente”, sin embargo no se descarta que José Antonio Meade Kuribreña, se reposicione; por lo que la derrota de la oposición, eleva el riesgo de un conflicto postelectoral, señaló Leo Zuckermann.
El analista político previó que en ese escenario se podrían unir AMLO y Anaya Cortés, para acusar fraude electoral a favor del contendiente de la alianza “Todos por México”; a diferencia de lo ocurrido en 2006, cuando ante la victoria de Felipe Calderón, el único que protestó en las calles fue el tabasqueño.
Por otro lado, dijo que el proceso en curso se asemeja al de 2006, toda vez que AMLO se vuelve a ubicar como puntero, un lugar arriba de un aspirante panista. Con ello, se podría repetir el triunfo de un candidato impulsado por Acción Nacional.
Aunque si Anaya resultara ganador habría incertidumbre de cómo sería como presidente, debido a que tiene una trayectoria como funcionario escasa que se limita a su desempeño en el gobierno de Querétaro, y a que el cargo más importante que ejerció fue el de subsecretario de Turismo del gobierno federal.
“Lo más cerca que he escuchado de gente que lo conoce, que sabe cómo opera, me dicen una cosa muy interesante, me dicen: A mí, Ricardo Anaya me recuerda mucho al expresidente Carlos Salinas de Gortari. Es decir, un político eficaz, un político, en inglés se dice rootless, “tremendo”, que hacen y tienen que hacer lo que tienen que hacer para ganar.”
En ese sentido, reparó que Anaya tiene 38 años, y Salinas de Gortari llegó a ser presidente a los 39 años.
En la conferencia Perspectivas políticas y económicas de México, expuso que el abanderado de la fórmula PAN-PRD-MC es potencialmente el aspirante que puede ser más disruptivo, puede cambiar las reglas del juego y representa una amenaza real contra algunos políticos priistas, a quienes ha dicho metería a la cárcel por corrupción.
El también ganador del Premio Nacional de Periodismo 2003, advirtió que en contraste López Obrador ha propuesto “borrón y cuenta nueva” con priistas, en alusión a las declaraciones del morenista de perdonar a Enrique Peña Nieto y a Salinas de Gortari.
Resaltó que a diferencia de 2006, AMLO ha hecho alianza con otros personajes como el Partido de Encuentro Social, el partido de más derecha; Elba Esther Gordillo; la Coordinadora de Trabajadores de la Educación CNTE; y la sección 22 del SNTE de Oaxaca.
Así como Napoleón Gómez Urrutia, “líder sindical minero acusado de corrupción”; Manuel Bejarano “el señor de las ligas”; Lino Korrodi, “el de los Amigos de Fox”; Manuel Bartlett “el del supuesto fraude electoral de 1988”; y la senadora Gabriela Cuevas, quien fue fundamental en el desafuero contra AMLO en 2005.
Además de Félix Salgado Macedonio, conocido por ser expresidente municipal de Acapulco y orinar en la vía pública; Marcelo Ebrard, señalado de corrupción por la Línea 12 del Metro; y Rigoberto Salgado Vázquez, delegado de Tláhuac, acusado de tener vínculos con el narcotráfico, entre otros.
Zuckermann añadió que a nivel general y en el ámbito económico, el que genera más dudas a los mercados financieros es López Obrador a pesar de que ha enviado mensajes de moderación y si gana, “va a tener que demostrarnos que en los hechos no va a hacer algún cambio radical”.
Esa incertidumbre va a verse reflejada en una disminución de inversiones hasta que los empresarios vean que efectivamente hay las garantías para que sigan invirtiendo en México.
En esa línea, destacó que Meade Kuribreña, por su currículum, “potencialmente sería el mejor presidente, porque conoce el gobierno federal, sabe cómo opera, es un hombre de ideas, serio, trabajador y honesto”, por lo que consideró como una tragedia lo que le está ocurriendo.
“Estoy convencido que Meade no es corrupto, es un tipo decente, honorable, lleva muchos años en el servicio público, yo creo que nunca se ha robado nada, pero ha estado alrededor de ese sistema, trae como una lápida”, la carga de corrupción de la que hoy es sinónimo el PRI. “Aunque el PRI se vista de Meade, PRI se queda”, remató ante socios de la Asociación Nacional de Usuarios de Sistemas de Comercio Exterior (Incomex).