Penguin Random House, en coedición con la UNAM, publica a autores del canon literario mexicano del Siglo XVI al XIX, entre ellos Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana, Altamirano, Nervo, Nájera, Prieto, Payno. “Son las lecturas que todo mexicano debería de conocer”, expresó a ZETA Belem Clark de Lara, co-coordinadora académica de la colección
Para leer por primera ocasión o volver a su imprescindible lectura, Penguin Random House, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pone a disposición del gran público a los autores del canon literario mexicano.
Fue en 2017 cuando Penguin y la UNAM aterrizaron el proyecto de publicar a los primeros diez autores fundacionales de la literatura mexicana en la colección Clásicos mexicanos, entre ellos Manuel Gutiérrez Nájera, Amado Nervo, José Tomás de Cuéllar, Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano, Sor Juana Inés de la Cruz, Guillermo Prieto, Juan Ruiz de Alarcón, Ángel de Campo y el autor anónimo del “Popol Vuh”.
“Penguin Random House tiene un catálogo de cerca de tres mil títulos de Clásicos, pero no había ningún mexicano, y yo me di a la tarea de incluir en ese catálogo de Penguin a los grandes autores mexicanos, que me parece que es también un logro cultural para nuestro país. Somos el primer país de América Latina que consigue incorporar títulos de los clásicos locales a este catálogo universal”, expresó a ZETA Ricardo Cayuela, director editorial de Penguin Random House.
“Llegamos a un acuerdo que es muy valioso para la UNAM y para Penguin, que básicamente consiste en que la UNAM selecciona el clásico mexicano, lo trabaja, fija el texto, hace la nota introductoria, las notas de lectura, y en Penguin imprimimos, asumimos obviamente todos los costos y lo distribuimos; entonces, es una muy buena combinación porque la UNAM pone el cerebro y nosotros el músculo comercial, nosotros tenemos una presencia y una fuerza en el mercado”, complementó Cayuela.
EL CANON
Por lo menos cinco siglos de tradición literaria goza el territorio mexicano, desde la época precolombina, pasando por la Colonia, hasta llegar al México independiente en el Siglo XIX, cuando se consuma también el canon de las letras mexicanas, además del XX.
— Sobre qué son los clásicos han escrito diversos autores como Ítalo Calvino con su célebre “Por qué leer los clásicos”. En el caso específico de nuestro país, ¿qué son los Clásicos mexicanos?
“La discusión es la misma: Yo creo que un clásico es un texto al que vuelves siempre, un clásico es un texto que está vigente todo el tiempo y que sigue apelando al presente aunque haya sido escrito fuera de nuestro contexto o en otro contexto histórico; un clásico tiene una belleza inherente y un clásico siempre te sorprende. Estas cuatro ideas que son de Calvino, no son mías, yo creo que se aplican perfectamente a los Clásicos mexicanos”.
Bajo la anterior premisa de autores considerados patrimonio literario de la nación, a continuación los primeros diez escritores incluidos en la colección Clásicos mexicanos, de los cuales cinco fueron editados en 2017 por Penguin y la UNAM, entre ellos, en un solo tomo cada autor, “Cuentos frágiles” y “Por donde se sube al cielo”, de Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), bajo la edición de Belem Clark de Lara y Alicia Bustos Trejo; “El bachiller”, “El donador de almas”, “Mencía” y sus mejores cuentos, de Amado Nervo (1870-1919), a cargo de Gustavo Jiménez Aguirre; e “Historia de Chucho el Ninfo” y “Los fuereños”, de José Tomás de Cuéllar (1830-1894), editado por Belem Clark y Ana Laura Zavala Díaz.
Asimismo, 2017 cerró con la edición de “El hombre de la situación” de Manuel Payno (1810-1894), por Yliana Rodríguez González; además de “La Navidad en las montañas” y “El Zarco”, de Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), bajo el cuidado editorial de Luz América Viveros.
Para 2018, el plan de publicaciones de Penguin incluyó, en enero, “Ecos de mi pluma. Antología en prosa y verso”, de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), bajo la edición de Martha Lilia Tenorio; y en febrero, “Vida cotidiana y crónicas viajeras”, de Guillermo Prieto (1818-1897), edición a cargo de Lilia Vieyra Sánchez.
Y para complementar la colección de los primeros diez Clásicos mexicanos, Penguin publicará en lo que resta del año los siguientes volúmenes: en marzo, “Popol Vuh”, anónimo, con la traducción del maya quiché al español de Michela Craveri e introducción de Laura Elena Sotelo; en abril, “La verdad sospechosa”, “Las paredes oyen” y “El tejedor de Segovia”, de Juan Ruiz de Alarcón (1581-1639), con introducción de Germán Viveros; y en mayo, “La rumba”, de Ángel de Campo y Valle (1868-1908), con introducción encargada a Yliana Rodríguez González.
“EL TRABAJO FILOLÓGICO ES INAPELABLE”: CAYUELA
Cabe destacar que las doctoras en Letras, Belem Clark de Lara y Luz América Viveros Anaya, investigadoras del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, son las coordinadoras académicas de los Clásicos mexicanos, quienes también asignaron las obras a expertos no solo de literatura mexicana del Siglo XVII al XIX, sino de cada autor:
“Lo que hicimos fue contactar a los especialistas en estos autores de los Clásicos mexicanos en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM para las ediciones, que también llevan su propia problemática”, expresó a ZETA Luz América Viveros Anaya, co-coordinadora académica de los Clásicos mexicanos.
“En el Seminario de Edición Crítica de Textos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM estamos especializados en buscar los textos y buscar la mejor versión de los textos posible, o sea, trabajamos editorialmente en la búsqueda del texto que haya visto el autor en vida, que lo haya sancionado como el mejor, el que quería publicar, no versiones que se hubieran hecho posteriores a la muerte o que tengan errores, fallas, que es muy común en la literatura que se compra en cualquier librería que vengan sin un capítulo, que venga la peor de las versiones, que estén mal editados”.
Garantizó Luz América Viveros Anaya: “Cada edición pide su propio tratamiento del texto, se llegó a establecer a veces antología de textos poéticos y en prosa, a veces una selección de dos novelas, a veces un cuentario completo más una novela; en fin, cada libro es una decisión diferente en cuanto a la selección misma, y en cada uno de esos libros lo que se hizo fue fijar la mejor versión”.
Ricardo Cayuela, director editorial de Penguin Random House, valoró la labor de las coordinadoras académicas de los Clásicos mexicanos, Belem Clark de Lara y Luz América Viveros Anaya, y su equipo de colaboradores del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM: “El trabajo filológico que hay en estos Clásicos mexicanos es inapelable, y no lo tiene ninguna otra edición en el mercado”, sentenció Cayuela.
PARA EL GRAN PÚBLICO
De formato rústico manejable para el gran público, y como todos los Clásicos de Penguin, los Clásicos mexicanos también miden 12.5×19 centímetros. Pero sobre todo, en cuestiones editoriales, la serie incluye edición, selección, prólogo, cronología, bibliografía y notas también accesibles para la mayoría de los lectores.
“Los textos constan de un prólogo, una cronología del autor donde se dan las grandes pistas para situar cuándo nace, con quién trata, qué acontecimientos están pasando en la nación, en la vida cultural; y una nota editorial que es algo muy relevante para estas ediciones, que no es como la mayoría de que no sabemos ni de dónde salió, quién sabe de qué edición, o de qué versión, sino claramente se dice de qué edición se está tomando”, expuso Luz América Viveros Anaya.
“Los prólogos son una invitación a la lectura, donde la academia se tiene que poner en un lenguaje accesible para el gran público, que ése era el reto y la petición de Penguin, porque ellos están dirigidos al gran público”, complementó Viveros Anaya.
En su momento, Ana Laura Zavala Díaz, académica del Instituto de Investigaciones Filológica de la UNAM y colaboradora de Clásicos mexicanos, también destacó:
“Una de las cosas que nosotros hicimos fue poner pequeñas notas muy claras y sencillas, en algunos términos que pueden ser difíciles para el lector actual, como mexicanismos o términos que ya cayeron en desuso, cosas que le ayuden al lector a que fluya su encuentro con el texto. En las ediciones filológicas hacemos notas muy largas, muy trabajadas, pero para Clásicos mexicanos en Penguin se nos pidió que fueran notas mucho más sencillas, que le ayudaran al lector, que no entorpecieran la lectura de un receptor general.
“Una de las cosas que intentamos como colaboradores de la colección fue que el prólogo realmente fuera invitación a la lectura, que fueran prólogos ligeros, donde nosotros pudiéramos presentar a los autores y las obras que estábamos antologando, pero que fuera un texto que pudiera suscitar el interés de los jóvenes, sobre todo, que fuera atractivo; ése fue todo un trabajo de difusión, de pensar que la investigación tenía que estar dispuesta para comunicarse con otro tipo de lector, ésa sí fue una condición muy importante para participar en la colección”, concluyó Ana Laura Zavala.
OBRAS VIGENTES
Salvo el autor anónimo de “Popol Vuh”, Juan Ruiz de Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz, los otros siete escritores son los protagonistas de la literatura mexicana del Siglo XIX, entre ellos Manuel Gutiérrez Nájera, Amado Nervo, José Tomás de Cuéllar, Manuel Payno, Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto y Ángel de Campo, mismos que crearon su obra esencialmente durante los años del proceso de independencia de México o en los albores del Siglo XX, como fue el caso de Amado Nervo (1870-1919); en cualquier caso, sus obras “en su momento contribuyeron a definir un proyecto de nación y que siguen más vigentes que nunca”, destaca Penguin Random House .
Precisamente en torno a la vigencia de los autores canónicos de México, Ana Laura Zavala Díaz, académica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y colaboradora de los Clásicos mexicanos, ejemplificó en entrevista con ZETA:
“De algunos autores sí se editaron las obras más conocidas, pero intentamos también introducir otros textos que mostraran una faceta distinta del autor, como en el caso de Manuel Payno, con ‘El hombre de la situación’, que es una novela menos leída que ‘Los bandidos de Río Frío’; pero que es una novela muy actual, que permite una lectura política y social muy interesante”.
Asimismo, Belem Clark de Lara, co-coordinadora académica de la colección Clásicos mexicanos e Investigadora Titular “C” del Seminario de Edición Crítica de Textos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, coincidió:
“Los autores de los Clásicos mexicanos son muy vigentes, también eso descubrimos al llevarlo al gran público; por ejemplo, lo tratado por Altamirano, hoy lo llamamos autodefensas, pero es lo mismo retratado en ‘El zarco’; o los problemas educativos de ‘Historia de Chucho el Ninfo’ de José Tomás de Cuéllar, pues siguen vigentes con madres permisivas que maleducan a los hijos; o lo retratado en ‘El hombre de la situación’, de Manuel Payno, pues es también el oportunismo político, el amiguismo, es vigente”.
EL “POPOL VUH” Y OTROS CLÁSICOS QUE VIENEN
Para concluir la primera etapa de diez Clásicos mexicanos, entre marzo y mayo de 2018, Penguin y la UNAM editarán “La verdad sospechosa”, “Las paredes oyen” y “El tejedor de Segovia”, de Juan Ruiz de Alarcón, con introducción de Germán Viveros; “La rumba” de Ángel de Campo y Valle (1868-1908), con introducción de Yliana Rodríguez González. Destaca también “Popol Vuh”, anónimo, con la traducción del maya al español de Michela Craveri e introducción de Laura Elena Sotelo.
En torno a la versión de “Popol Vuh”, Luz América Viveros Anaya manifestó:
“Las versiones que hay del ‘Popol Vuh’ están editadas en español desde el francés, desde la traducción del quiché al francés ; esta versión que se propone ahora en Clásicos mexicanos está traducida desde el quiché directamente; está traducida al español tal como está el original que es en un formato como rengloneado, como tipo verso, sin rima propiamente, pero sí con un ritmo muy especial; entonces, el ‘Popol Vuh’ también va a ser una novedad para el gran público porque, aunque esta versión ya se tiene en Filológicas y con muchísimas notas al pie de página para ir leyendo la interpretación, pues es la primera vez que sale algo alternativo a lo de Fondo de Cultura Económica y Biblioteca del Estudiante Universitario, que son como los clásicos para leer el ‘Popol Vuh’; entonces, es hasta como si se revelara otro texto”.
Luego de los primeros diez Clásicos mexicanos, Luz América Viveros Anaya adelantó a través de este Semanario que en Instituto de Investigaciones Filológicas ya están trabajando en una segunda etapa de autores canónicos de México para publicar en los próximos años, entre otros títulos destacan “La calandria”, de Rafael Delgado (1853-1914); “Antología de cuentos”, de Victoriano Salado Álvarez (1867-1931); “Las minas y los mineros” y “Los maduros”, de Pedro Castera (1846-1906); no pueden faltar en el canon mexicano, por supuesto, “Efrén Rebolledo (1877-1929) con “Salamandra”, “El enemigo” y “La cabellera”; y Federico Gamboa (1864-1939) con “Del natural” e “Impresiones y recuerdos”.
En todo caso, sobre los Clásicos mexicanos, Belém Clark de Lara, sentenció: “Son las lecturas que todo mexicano debería conocer” y Ricardo Cayuela advirtió: “Yo creo que todos debemos leer a los Clásicos mexicanos, hay que leer a los clásicos, hay que volver a los clásicos”.
Los Clásicos universales
Tras la alianza de Penguin y Random House en 2013, a partir de 2015 la editorial Penguin Random House se propuso llevar también los Clásicos universales al mundo hispanoparlante que, por cierto, cuenta con más de 500 millones de hablantes.
Fundado en Inglaterra en 1946 con la publicación de la “Odisea” de Homero, Penguin Clásicos cuenta en su catálogo con alrededor de 3 mil títulos de la literatura universal.
Fue a partir de 2015 cuando la editorial incursionó en el mercado hispano, llevando la tradición grecolatina, hispánica, francesa, alemana, anglosajona, rusa e italiana a México.
Los primeros títulos editados en México a partir de ese año fueron “Ilíada” y “Odisea”, de Homero; “Edipo Rey”, de Sófocles; “Fábulas”, de Esopo; “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, de De Cervantes; “La vida es sueño”, de Calderón de la Barca; además de antologías como “Poesía”, de Luis de Góngora; “Cuentos”, de Dostoievski o “Relatos” por Henry James; hasta llegar a “Cuentos completos” de Edgar Allan Poe o “Cuentos completos” de Mark Twain, por citar solo algunos de los célebres títulos disponibles en las librerías mexicanas.
De acuerdo con Penguin Random House, los Clásicos universales más vendidos han sido “Odisea”, de Homero; “Hamlet”, de Shakespeare y “Lazarillo de Tormes”, anónimo.
Finalmente, Penguin Clásicos anunció la publicación de “Una fiebre de ti mismo. Poesía del romanticismo inglés” (varios autores) y “El brazo marchito y otros relatos”, de Thomas Hardy, a publicarse durante el primer semestre de 2018.
Para estar pendientes de las ediciones de Penguin Clásicos, consultar https://www.megustaleer.mx