Con el único objetivo de llevar a la realidad cada uno de sus sueños, Juan Carlos Ojeda, sudcaliforniano de nacimiento, no solo ha tenido que cruzar fronteras geográficamente, sino que ha afrontado barreras como la del idioma, las leyes y sobre todo de cultura general para llevar su voz y su música a más personas.
A sus 39 años de edad, ha buscado cumplir sus sueños en otro país, por lo que hace dos años decidió partir con rumbo a Polonia, en Europa Central, donde se le ha permitido crecer en todos los sentidos.
“Esta oportunidad de conocer este país me ha ayudado a encontrarme con maestros que me han orientado, me han guiado en la música”, declaró Juan Carlos, quien lleva el nombre de su Estado natal como amuleto de la suerte, ya que actualmente se encuentra estudiando bel canto y jazz.
Y le apasiona la ópera, género musical que le ha abierto oportunidades en aquel país.
“Una de las mayores oportunidades que he tenido es que el padre Tomas Lechevski me ha hecho parte del Coro de San Juan Pablo II de aquí de Lublin, es un coro reconocido profesionalmente, en este año ya tengo muchos proyectos, en este coro me invitaron a venir y yo acepté, todo esto ya estando aquí en Polonia, estar en este país me ha hecho conocer muchas personas polacas relacionadas a las artes, y eso me gusta”, agregó el cantante.
A decir por Ojeda, las personas que radican en Polonia gustan de la música mexicana, y eso también ha sido una parte estratégica de su éxito. Aunque poco a poco, se ha abierto camino y ha ido creciendo en su sueño, mismo que en muchas ocasiones, mientras vivía en Baja California Sur, le fue arrebatado por las pocas oportunidades de crecer en ese ambiente musical.
Sin embargo, las ganas de destacar lo hicieron aferrarse y seguir siempre su corazonada.
“Siempre creí que podía llegar a más, en mi Estado tuve pequeñas invitaciones, algunas a cantar en un pequeño coro, estar aquí o allá, presentarnos allá, pero todo luego fue dándose, hasta que llegó esa oportunidad que tanto esperaba; cuando yo tengo la oportunidad de tener una beca para estudiar jazz en una escuela prestigiosa en Lublin, para mí fue un avance grandísimo, sabía ahí que todo se acomodaba”, expresó.
La voz de Juan Carlos ahora ha roto fronteras y mientras que en el pasado algunas puertas fueron cerradas, otras se abren en lejanas latitudes.
“Ahora continuó grabando, he grabado cinco canciones, una en español, este año quiero ampliar mi repertorio, pero también hay una invitación de la soprano Alison Spina, una joven que nació en Canadá, radica en Nueva York y es cantante de ópera, obviamente ha cantado en Broadway, así que seguiremos trabajando”, finalizó.
Pese a la distancia, sus amigos y familiares se han vuelto pilar esencial para que Juan Carlos pueda cumplir sus sueños, pues día a día lo motivan para seguir adelante, haciéndole saber que siempre han creído en él y su talento en la música.
