La falta de mantenimiento y rehabilitación de una fuga que se dio hace un año en un colector de Tijuana, fue la causa por la que esta semana, la Comisión interrumpió el agua potable en la cuarta parte de las colonias de la ciudad y una parte de Playas de Rosarito. Ante el mal estado de la infraestructura, los cortes del servicio, ya sea por reposición programada o reparación emergente, incrementarán a partir de 2018, por lo que la dependencia propone hacer obligatoria la instalación de tinacos
Después de un mes de padecer el suministro intermitente de agua potable, las colonias ubicadas en el suroeste de Tijuana y en Playas de Rosarito lograron contar con el servicio de forma normal, el lunes 8 de enero de 2018.
Pero la continuidad en el abasto del vital líquido solo se disfrutó por un día, ya que a la mañana del miércoles 10 de enero, el servicio se interrumpió de nueva cuenta derivado de los trabajos de reparación del acueducto Aguaje-Planetario, en donde el organismo operador había detectado un año atrás, una fuga menor que no atendió y que detonó en la primera semana de 2018.
Agravado el problema, la suspensión masiva por tres días en 248 colonias, afectando directamente a seis mil habitantes, fue el primer paso de la medida de reparación.
Este mega corte no será el único que se registrará durante 2018, año en el que la Cespt tiene programado cuando menos cuatro interrupciones más por trabajos de reparación de red; esto sin contar las que se generen por casos fortuitos ante el mal estado que guarda la infraestructura hidráulica de la paraestatal, de la cual, el 50% ya cumplió su periodo de vida útil y aun así continúa en operación.
Para contrarrestar los estragos que esto causará en los miles de usuarios por la falta de continuidad en el suministro de agua potable, el director de Cespt, Miguel Lemus Zendejas, dice gestionar con los municipios, cuando menos ante el Ayuntamiento de Tijuana, la obligación de los desarrolladores, de instalar una cisterna en cada vivienda que se edifique, a cambio de liberar los permisos de construcción.
“La gente tiene que tener reserva de agua en sus domicilios para poder aguantar reposiciones”, advirtió el funcionario.
A decir de expertos y organismos empresariales, la medida significaría un retroceso de un problema de abasto superado casi tres décadas atrás, además de no representar una solución de fondo.
“Tenemos el agua más cara del país, por lo que Cespt está obligada a ser eficiente y dar los resultados pertinentes. El problemón que significan los cortes de agua no se resuelve poniendo tinacos en las casas”, señaló Gilberto Fimbres Hernández, presidente de Coparmex Tijuana.
CONDICIONARÁN LIBERACIÓN DE LICENCIAS
Cespt condicionará la licencia de factibilidad del servicio a “tener una reserva de tanto por ciento, dependiendo del consumo, para que aguante 72 horas de interrupción en el suministro por el trabajo de reposiciones que traemos”, anunció Miguel Lemus.
“Tijuana se está consolidando en una metrópoli. Una metrópoli debe estar preparada para ese gran volumen de sustitución de agua; cuando hay sustitución, hay gran volumen de afectación, y para minimizar esa afectación, la gente debe estar preparada para tener reserva básicas para subsistir uno o dos días con el mínimo de agua”, subrayó.
Para complementar la medida que emprenderá la dependencia de obligar a contar con reserva de agua, Lemus declaró haberle propuesto al gobierno municipal de Tijuana, a través de Alejandro Lomelín -secretario de Desarrollo Urbano y Ecología-, revisar la normatividad para que también el Ayuntamiento realice ajustes en su reglamentación para que “cuando alguien solicite un permiso, se obligue a tener reserva de agua a través de cisternas en cada domicilio para que nos aguanten 72 horas sin agua; para cuando se tengan que hacer reparaciones. Mínimo en los fraccionamientos nuevos que ya se tomen esas precauciones, porque se vienen periodos complicados de sustitución de redes”, subrayó.
Aunque reconoció que se trata apenas de una propuesta, aventuró a asegurar que “a partir de 2018 vas a empezar a ver muchos tinacos en las casas nuevas; son cisternas, pero ahora no es porque no haya agua, sino porque les va a faltar el agua cuando estemos reponiendo líneas. Algún día les va a llegar a todos -la interrupción del servicio-, sino es este año, será en diez años, por eso deben tener su reservorio”, aclaró el funcionario.
Cuestionado al respecto, Lomelín Clapera negó tener conocimiento sobre el tema, del cual sostuvo que no le ha sido planteado: “no hemos recibido el proyecto por parte de Cespt”, indicó al exponer que en todo caso, la Comisión puede, por cuenta propia, obligar a adoptar tal medida incluyéndola en los requisitos para liberar la factibilidad del servicio.
USO DE CISTERNAS, UN ACTO DE REGRESIÓN
Expertos calificaron la medida planteada por Miguel Lemus como un acto de regresión, al recordar que hace muchos años, en los ochenta, fue obligatorio tener una cisterna, “pero dicha obligación desapareció cuando la Cespt fue un organismo eficiente y el índice de continuidad de servicio subió tanto que fue prácticamente innecesario un almacenamiento individual de cisterna o tanquecito”, indicaron.
Con ese proyecto, la paraestatal “prácticamente se está declarando incompetente de mantener un índice de continuidad de servicio razonable, al proponer que la gente de mutuo propio se asegure el almacenamiento para mantener la continuidad del servicio que el organismo dice, no podrá garantizar”.
Gilberto Fimbres expuso que el problema en la interrupción del suministro de agua “se resuelve teniendo un programa de mantenimiento bien definido. Es innegable que algo falta hacer” y cuestionó “¿quién no cumplió con los mantenimientos en tiempo y forma? Debe haber responsables en el manejo de Cespt”.
Para Mario Escobedo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo -Canaco- Tijuana, la instalación de tinacos es solo una solución temporal. El dirigente de los comerciantes comentó que la suspensión en el suministro de agua, sea por las razones que sean, genera una afectación económica al sector, ya que los negocios se verán obligados a contratar el abasto mediante pipas, servicio que se encarece cuando se registran cortes generalizados como el de esta semana.
Consideró que el principal problema por el que la Comisión no cumple con el indicador de continuidad del servicio, deriva de la deficiente recaudación al no lograr recuperar la cartera vencida que asciende a más de 200 millones de pesos. Para Escobedo Carignan, “sin legislación, la Cespt carece de dientes suficientes para poder actuar contra los morosos”.
No obstante, los entrevistados coincidieron en admitir que, “al obligar el uso de tinacos, Cespt acepta su incapacidad, presente o futura, de garantizar un índice de continuidad de servicio razonable y acorde a las tarifas que aplica”.
TARIFA CARA, SERVICIO DEFICIENTE
No obstante, pese a establecer una de las tarifas más altas en el país, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana -CESPT- ha relegado el mantenimiento predictivo y preventivo, ocupándose del correctivo solo por cuestiones de emergencia, derivado de algún colapso de la obsoleta red de agua, los cuales cada vez suceden con mayor frecuencia, expuso un experto en sistemas de redes de agua potable que pidió omitir su identidad.
Son los usuarios de la paraestatal los que pagan las repercusiones que generan las fugas constantes por el mal estado de la red, cuya rehabilitación amerita cortes masivos en el suministro del vital líquido.
El descuido en el mantenimiento lo propiciaron “otras administraciones que se ocuparon en la ampliación de la red de agua potable y drenaje y descuidaron el atender reposiciones”, anotó Miguel Lemus.
El funcionario sostuvo que a partir de 2016 se dio inicio con programas de sustitución de tubería de agua residual y de agua potable, programándose para este 2018 destinar alrededor del 78 por ciento de los 255 millones de pesos que se presupuestaron para obras de abasto, potabilización, distribución de agua y servicio de alcantarillado. “Ya no se puede dejar más, los indicadores lo determinan, las fugas lo indican”.
Para los sectores productivos como Coparmex, el presupuesto destinado al reemplazo de infraestructura es muy poco, sobre todo cuando Cespt cuenta con un presupuesto anual tasado en tres mil 500 millones de pesos, además de contar con las tarifas por suministro de agua más caras de México.
Ya en 2016, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua -IMTA- calificaba el cobro de agua potable, aplicado en Tijuana, como el más caro del país, precio al que en este 2018 se suma la indexación que eleva en un 10.12% las tarifas de uso comercial e industrial.
No obstante, la dependencia se dice sin presupuesto suficiente para reemplazar el equipo antiguo que data de más de 30 años y que amerita ser reemplazado.