Fuiste mujer en mi doliente vida,
un dulce sueño que mi amor recuerda,
un suave canto que murió a lo lejos,
una flor, un perfume y una estrella.
Una tregua en mi lucha contra el sino,
un descanso fugaz en mi jornada,
fugaz descanso que se lleva el tiempo,
hoy más dices adiós, adiós amada.
Y otra vez en la lucha ya me encuentro,
más fuerte desde entonces, más sereno,
tu recuerdo me alienta, vida mía,
me da paz, me da fe, me da consuelo.
Luis Gardner Ackerman
Tijuana, B.C.