Ya viene el Día de Reyes
y vamos a recordar
cuando los tres Reyes Magos
visitaron al Niño Dios.
Le ofrecieron tres regalos,
como el oro, incienso y mirra,
para honrar al pequeño Rey
que a todos vino a salvar.
Una estrella les dio aviso,
mientras dormían los tres,
que desviaran el camino
para despistar a Herodes.
Hoy, después de tantos años,
a los Reyes festejamos
con la rosca deliciosa
que lleva un niño escondido.
La noche antes del festejo,
los zapatos junto a la puerta
dejan los niños felices
porque así es la tradición.
Si todos bien se portaron,
un regalo en su zapato
dejarán los Reyes Magos,
allá por la madrugada.
Y a aquel que le salga El Niño
en su pedazo de rosca,
tendrá que hacer los tamales
el día dos de febrero.
Son lindas las tradiciones
que se siguen en cada casa,
pues unen a las familias,
aunque muy lejos se marchen.
Melchor, Gaspar y Baltazar,
van cargados de regalos
para adorar al Niño Dios
y nos enseñan a compartir.
No importan regalos caros,
cuando se tiene hambre o frío,
suficiente es un pan y té
y una cobija de parches.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California
Enero, 2018