Ya estamos iniciando la representación de “Vamos a contar mentiras”, la obra teatral del español Alfonso Paso.
Para un país que está sufriendo día a día el asesinato de tantos mexicanos, de niños, mujeres y adultos, resulta más que indispensable distraerse en algo menos doloroso. Y, ¿qué mejor tema que el repentino, único y sorprendente destape de Pepe Meade? ¿Quién diantres lo hubiera imaginado? En una estación de radio tijuanense escuchamos tremendas porras al señor Presidente Nieto, por la forma tan limpia, tersa y contundente de su designación.
Eso se llama inteligencia. Ni tomar en cuenta que desde agosto se escribió el destape y se señaló al destapado. Todos recordamos que en ese mes se realizaron cambios en los estatutos del PRI para quitar el molesto candado que exigía, como requisito indispensable, que todo aspirante a la presidencia de la República debía tener un mínimo de 10 años de militancia. A partir de ese momento, los analistas políticos más duchos en el tema empezaron a mencionar a José Antonio Meade. No se equivocaron.
A Meade lo recordamos en aquella visita que hizo, junto con el entonces presidente Felipe Calderón a la inauguración de los puentes que están en El Chaparral, esos con los que, entrando por San Ysidro, nos conducen indistintamente a Playas de Tijuana o a la Zona Río. A varios de los que nos tocó estar con él, mientras otros se amontonaban alrededor de Calderón, nos llamó la atención su sencillez, sentido de humor y educación.
Pero ahora se estrena como un Superman, incluso ya habla como ganador. Y cómo no actuar así ante la multitudinaria genuflexión que sus representados (que no correligionarios de partido) le están ofreciendo. Va ante un sindicato y de inmediato lo adoptan, si está frente a campesinos, para pronto se declara uno de ellos. Ahora Pepe Meade, como lo nombra EPN, se mimetiza. Frente a él, millones de ciudadanos están esperando un país seguro, con trabajo para todos y especialmente sin corrupción. ¿Le tocará a él?
Nota 1.- En nuestra columna pasada nos sorprendió ver insertada la foto de Mario Osuna Jiménez, secretario de Desarrollo Social Municipal de Tijuana. Porque no estaba mencionado en el texto. Seguramente hubo confusión porque todo lo escrito se refería al gobierno estatal.
Nota 2.- Quizá fue nuestro error, por no mencionar los nombres al decir que el gobernador Francisco “Kiko” Vega ha nombrado a dos titulares en la Secretaría de Desarrollo Social que no han estado a la altura de esa responsabilidad. Primero fue Ricardo Magaña Mosqueda y ahora el empresario tecatense Alfonso Álvarez Juan, para ellos los “servidores públicos” nada tiene que ver con el bien común. ¡Ah! y ambos, junto con varias docenas de panistas, aspiran a ser Senadores.
Nota 3.- Y por ser de estricta justicia, es necesario decir que Mario Osuna Jiménez, primero como sub secretario de Desarrollo Social del Estado, luego como diputado local y ahora como secretario de Desom Tijuana, ha demostrado ser un hombre trabajador, solidario, respetuoso, preocupado por servir en todas las áreas que le corresponde y con valores morales. Por lo pronto, en las áreas en que trabajamos, nos consta del cariño que le tiene gran parte del voluntariado.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.gob